No sé qué conjunción astral se ha producido esta semana. En tres días han visitado nuestras comarcas dos ministras, el president de la Generalitat y dos consellers. Cuatro de ellos coincidieron la misma jornada, el miércoles 11, y en la misma ciudad, Reus. Por la mañana Pere Aragonès y la consellera de Justícia, Drets i Memòria, Gemma Ubasart, acudían al cementerio de la ciudad para supervisar las tareas de exhumación de Cipriano Martos, el militante antifranquista muerto en 1973 a causa de las torturas sufridas en el cuartel de la Guardia Civil, y enterrado en secreto.
Por la tarde, la ministra de Ciencia e Innovación, Diana Morant, se desplazaba al Hospital Sant Joan para conocer algunos de los 37 proyectos del Institut d’Investigació Sanitària Pere Virgili que el Gobierno ha financiado con más de siete millones de euros desde 2019 y después a La Fàbrica para arropar a la alcaldable socialista reusense Sandra Guaita. Mientras, y a tres días del tercer aniversario de la explosión de Iqoxe (que causó tres víctimas mortales), el conseller d’Interior, Joan Ignasi Elena, presentaba en el edificio CAT112 las medidas previstas para este año en el marco del Plaseqta.
El viernes de la primera semana cien por cien laborable tras las fiestas navideñas, la vicepresidenta segunda del Gobierno Yolanda Díaz, asistía al Palau Firal i de Congressos de Tarragona a la presentación de Sumar, el proyecto político que impulsa desde Unidas Podemos. Y aprovechó el acto para arremeter contra Hard Rock.
Todo eso en una semana, y sin haber comenzado oficialmente la campaña de las elecciones municipales, previstas para el 28 de mayo. La que viene también apunta intensa. Mañana el conseller de Recerca i Universitats, Joaquim Nadal, presidirá la toma de posesión del nuevo presidente del Consell Social de la Universitat Rovira i Virgili (URV), Josep Poblet, y el sábado que viene está previsto que Miquel Iceta, ministro de Cultura y Deporte acuda a la inauguración del Teatre Municipal Orfeó Canongí.
Haber aparecido en la lista de ‘The New York Times’ es una buena noticia. Pero el orgullo no basta sin un plan de acción consistente. Y todavía hay mucho por hacer en lo que respecta a la conservación de nuestro Patrimonio de la Humanidad
No sé a ustedes, pero a mí, puestos a visitar, me hubiera gustado que nuestros representantes políticos se hubieran acercado a un CAP a escuchar la opinión de médicos y pacientes sobre nuestra atención primaria, a alguna ONG para conocer cómo lo están haciendo para atender a las familias que no llegan a final de mes, o a la estación de tren de Tarragona a enterarse de cómo funciona el servicio ferroviario con Barcelona. Porque está bien que nos hagan promesas pero también que escuchen a los ciudadanos, que conozcan cuáles son sus inquietudes y qué les gustaría que mejorara de su día a día.
En la lista de ‘The New York Times’
No sé qué cota de despecho ajeno voy a poder soportar más. A nivel mediático no hemos disfrutado de la popularidad de Shakira o del príncipe Harry pero dos noticias nos han ayudado a recuperar cierto orgullo. La primera, Tarragona volverá a acoger, la Vuelta Ciclista a España. En concreto la ciudad será escenario del final de la cuarta etapa, el martes 29 de agosto, con salida en Andorra la Vella y 183,4 kilómetros de recorrido. No es la primera vez. Hace seis años también lo hizo, pero es una nueva oportunidad para dar a conocer el encanto del territorio entre los telespectadores de la prueba. La segunda, más sonada, es que The New York Times ha escogido Tarragona como uno de los 52 mejores lugares de todo el mundo para descubrir este año. Es la única ciudad catalana, y de España solo figura Madrid. Por cierto, trece puestos por debajo, en el 44 frente al 31 de Tarragona. A las puertas de Fitur, la feria turística por antonomasia, se trata de una buena noticia, pero lo más curioso es en qué se ha fijado el diario neoyorkino para destacar a Tarragona. Entre los motivos subraya que es «una ciudad portuaria artística, poco conocida, rica en ruinas romanas bien conservadas» y, atención, «tapas deliciosas». La publicación destaca el romesco como uno de los atractivos gastronómicos de la ciudad, para asegurar, a continuación, que «debe degustarse en El Serrallo, el barrio marítimo de la ciudad».
The New York Times se hace eco también de la cultura local, hablando de los castells y recomienda un paseo por la Rambla Nova hasta llegar al Balcó del Mediterrani, invitando a tocar ferro.
Sin duda se trata de una buena noticia, pero el orgullo no basta sin un plan de acción consistente y todavía hay mucho por hacer en lo que respecta a la conservación del conjunto Patrimonio de la Humanidad. Seguro que todavía recuerdan los doce famosos agujeros en la Torre deMinerva, uno de ellos en el valioso relieve de la diosa. No sigo, que prefiero quedarme con que Tarragona enamora.
Referentes en sostenibilidad
Tras lograr un importante liderazgo internacional con el Institut Català d’Investigació Química (ICIQ) o el Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social, la URV quiere ser un referente en materia de sostenibilidad, cambio climático y transición energética. Para ello, ha impulsado un instituto impulsado por cerca de un centenar de investigadores de diecisiete grupos de I+D+i, consolidados, de diferentes disciplinas. Se trata IU-RESCAT, Institut Universitari de Recerca en Sostenibilitat, Canvi Climàtic i Transició Energètica. Trabajo no le faltará. El año pasado fue el más cálido de la serie de datos del Observatori de l’Ebre desde 1880, con una temperatura máxima media de 25,2 ºC. La universidad ya tiene un Centro en Cambio Climático (C3) que en los últimos años ha logrado posicionarse en una materia que va a adquirir una importancia cada vez mayor en la agenda política, y que va a afectar desde el urbanismo al diseño de viviendas o equipamientos públicos o la economía. Contar con un centro de investigación avanzado en esta materia es un plus que nos ayuda, no solo a ser más sostenibles, sino también competitivos.
