Igual que un buen libro, la música también es una inestimable compañera de viaje. Una vuelta alrededor del mundo que más de 300 personas compartieron ayer en el Casal de Porrera, rumbo a la recta final de la octava edición del Festival Terrer Priorat.
El encargado de pilotar el concierto fue el cantautor de Solsona Roger Mas y el resto de la tripulación la Cobla Sant Jordi - Ciutat de Barcelona. Entre los viajeros hubo rostros conocidos como el del periodista Antoni Bassas, el exconseller Joaquim Forn o el exalcalde de Reus, Carles Pellicer.
La aventura musical entre Roger Mas y la Cobla Sant Jordi despegó hace doce años, en 2012, con la edición de un primer álbum. Un disco que ayer aterrizó en el Priorat de la mano de las canciones del segundo proyecto discográfico común, y temas en lengua italiana, francesa, serbia, castellana, vasca, gallega y catalana. «Hace doce años empezó este viaje que nos ha dado muchas alegrías. Con el primer disco ya surgió la idea de hacer un segundo», reconoció el cantautor.
Después, abrió su corazón ante el público: «Estoy en un momento en que tengo más ganas de pasármelo mejor y de terminar antes; de no dar tantas vueltas a las cosas».
El concierto despegó con la canción italiana La canzone dell’amore perduto. Después fue el turno de I la pluja es va assecar. Los asistentes también pudieron disfrutar de L’home i l’elefant, del álbum Mística Domèstica, y de Si t’ho m’ho dius. Temas como Llorona o La bien pagá generaron turbulencias sentimentales entre el público.
Hubo momentos en los que Roger Mas se puso al mando del piano como al principio de la canción Tres branques. Así, el cantautor de Solsona condujo al público por un singular repertorio con canciones como Oda a Francesc Pujols (Mística Domèstica).
Temas como Moja mala nema mane y Lo Comte Arnau aceleraron el ritmo del vuelo musical. «En este segundo disco, como en el primero, hay versiones, piezas inéditas y tradicionales y, en ambos, lo más divertido es coger las espardenyes y los instrumentos, e ir dando vueltas por el mundo reinterpretando las canciones vecinas y hermanas con clave de copla y de cantautor de Solsona», como Aqueres montanhes y Si canta. En cambio, Quan tothom viurà d’amor y Le chansonnier miraculeux marcaron la hoja de ruta por la elegancia y la excelencia.
En sus conciertos, además de cantar, Roger Mas también recita y proclama el valor de la vida: «Nuestros recuerdos no son meter la llave en la cerradura de casa, ni todas las otras cosas que podemos hacer cada día con el piloto automático. Nuestros recuerdos son aquel beso, la muerte de aquella persona querida, el accidente, el nacimiento de una criatura».
Sabias palabras con las que el concierto aterrizó con la sardana La Santa Espina, después de un vuelo directo por el legado cultural. En palabras del alcalde de Porrera, Joan Carles Garcia, «entendemos el festival como un acto cultural de calidad, una mezcla entre cultura, territorio y vino; tres palabras claves que nos ayudan a entender nuestro presente, pasado y futuro».
Por su parte, el director del festival, Blai Rosés, hizo hincapié en que el Terrer Priorat «ha recorrido la comarca de norte a sur, de este a oeste».
Hoy, sábado 7 de diciembre, hará su última escala en el Teatre L’Artesana de Falset (19 h). A través de las canciones de su último álbum, De camino al camino, la cantante y trombonista Rita Payés pondrá el broche de oro al festival y al que le queda mucho por andar.
«En este momento tengo más ganas de pasármelo mejor; de no dar tantas vueltas a las cosas»