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De ruta por Tarragona: El camino del agua

La Caramella, el impresionante barranco cuyo sistema de balsas abasteció a la ciudad de Tortosa. ¿Qué hay de la revolucionaria obra que se gestó en 1869?

03 enero 2024 17:49 | Actualizado a 04 enero 2024 07:00
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El año 1869, el ayuntamiento de Tortosa convocó un concurso por tal de otorgar la concesión de abastecimiento de agua. Hasta entonces, los vecinos de la capital del Baix Ebre se abastecían en el propio río, en las fuentes naturales de la localidad, en los pozos si es que disponían de uno o, incluso, acudían a los aiguaders, aquellas personas que vendían agua.

Fue la propuesta de Claudio Leon de Marlé, un francés que ejercía de fotógrafo en la ciudad, la que se hizo con el concurso. Su planteamiento pasaba por recoger las aguas del barranco de La Caramella, a los pies del Mont Caro, para lo que se alió con Jules Carvallo constituyendo la sociedad de Aguas de La Caramella.

El ingeniero galo, habiendo trabajado ya en el canal de navegación del río, redactó, financió y dirigió las obras del proyecto. He aquí el destino de la ruta de esta semana: el impresionante barranco cuyo sistema de balsas abasteció a la ciudad. ¿Qué hay de la revolucionaria obra?.

Dificultad de la ruta

Determinar la dificultad de una ruta ya es de por sí una dificultad. Por suerte, existen escalas de graduación que establecen la dureza a partir de factores observables. El Método SENDIF, creado por la Taula de Camins de l’Alt Pirineu i Aran, sostiene que la dificultad de un itinerario de senderismo depende, por una parte, del esfuerzo físico que este supone y, por otra parte, de los obstáculos del camino.

Desde el punto de vista de la dificultad física, esta ruta es de dureza moderada. Que las idílicas fotografías y sus escasos kilómetros no conduzcan a equívoco: es un recorrido en el que, pasadas las balsas, se multiplican los obstáculos de carácter técnico.

Esta ruta es de dureza física moderada, aunque sí tiene dificultades técnicas

Cometer un error en la ascensión del barranco supone caer montaña abajo, siendo la peor de las caídas de unas decenas de metros. Por si fuera poco, la subida salva más de 300 metros de desnivel positivo en medio kilómetro de longitud, luego el trazado nos obligará a lidiar con una pendiente de gran inclinación.

Así las cosas, quienes se atrevan con este recorrido deben comprender los riesgos y hacerlo en el sentido contrario a las agujas del reloj para reducir la dificultad..

¿Cómo llegar al inicio

El punto de inicio es el aparcamiento del barranco de La Caramella. Tomamos la carretera T-342, aquella que enlaza Roquetes y Els Reguers, hasta que podamos continuar la marcha por la calzada que se dirige a la cumbre del Mont Caro.

Se encuentra en la flamante rotonda que da acceso a la urbanización de Els Pilans. Pocos minutos más tarde, después de cruzar el canal inacabado de Xerta Calig, tomamos el Camí dels Garroferets. Este morirá en cruzarse con el Camí dels Bandejats, allá donde giramos a la izquierda para proseguir por el Camí de La Caramella.

Este nos llevará hasta el aparcamiento, al que sólo podremos acceder con un vehículo todoterreno capaz de salvar los badenes de la pista forestal. De no ser así, estacionamos en la curva de modo que no debamos maniobrar para emprender la vuelta a casa.

Instrucciones de la ruta

Caminamos por la pista forestal hasta la Casa de Carvallo, donde subimos por las escaleras de piedra contiguas al edificio. Tan pronto se acaben giramos a la izquierda.

Este sendero discurre por la vieja canalización diseñada por Jules Carvallo en el siglo XIX a fin de abastecer de agua a Tortosa. De esta manera llegaremos a la primera de las balsas.

Cuando alcancemos la segunda tomamos el estrecho sendero que, desde la orilla izquierda, conecta las piscinas. De camino a la última de las pozas, aquella que exhibe una bonita cola de caballo, descubriremos una cueva en la que hay una marca roja de pintura.

En esta balsa, la misma que nos habrá obligado a trepar por grandes bloques de piedra para alcanzarla, debemos caminar por la presa a la otra orilla.

Empezarán las complicaciones.

La senda que hemos cogido nos invitará a subir por una pronunciada lengua de hierba por la que desciende un hilo de agua. Ascendemos por ella en busca de las paredes del Racó dels Degollats.

Nos encontramos en el punto más vertical del itinerario en tanto que salva 300 metros de desnivel positivo en poco más de medio kilómetro. Si bien la senda es confusa, son muchas las marcas rojizas que nos mantendrán en el camino que rodea el barranco.

De este modo pasamos por Els Forats de La Caramella o, si nos desviamos más tarde, por el Racó de la Gralla. El camino de vuelta desciende por la ladera opuesta por la que hemos subido, uniéndose con la senda que conduce a la cumbre del Mont Caro (1.441 metros).

Salvo que queramos coronar esta cima o alguna de las otras del lugar, como la Mola del Moro, la Mola Castellona o la Roca del Migdia, descendemos a la Casa de Carvallo.

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