El bot de cadenes ha regresado al Port de Tarragona tras completar su último proceso de restauración en las drassanes (astilleros) de Cambrils. La intervención se ha centrado en la reparación de las partes más afectadas por los agentes climáticos y el paso del tiempo, con el objetivo de preservar esta pieza clave del patrimonio marítimo tarraconense.
La embarcación, que se construyó en 1949, es considerada una de las más destacadas del fondo patrimonial del museo portuario. Cabe recordar que en 1951, el bot de cadenes recuperó de la playa del Miracle unas columnas romanas, hoy visibles en el paseo Arqueológico de la ciudad.

Durante esta restauración, realizada por la empresa Sealand y dirigida por un maestro carpintero de ribera de Cambrils, se sustituyeron las cuadernas y el forro, y se practicaron perforaciones estratégicas en el sollado para evitar el estancamiento de agua y el deterioro de la madera.
Estos trabajos, minuciosos y delicados, permitirán garantizar su conservación a largo plazo y poner en valor su legado histórico.

Originalmente, el bot de cadenes se utilizaba como una grúa flotante dentro del recinto portuario. No contaba con propulsión propia, por lo que necesitaba ser remolcado por otra embarcación. Gracias a sus dimensiones reducidas —9,55 metros de eslora, 3,40 metros de manga y 1,20 metros de puntal—, podía operar con facilidad en espacios limitados.
Tres intervenciones clave
El primer proceso de restauración tuvo lugar entre noviembre de 1996 y julio de 1997, con la limpieza y desparasitación inicial, sustitución de maderas deterioradas y eliminación de elementos metálicos añadidos con posterioridad. Todo se restauró respetando las formas y materiales originales, devolviéndole el color y aspecto iniciales.

En 2008, gracias a un convenio entre la Autoritat Portuària de Tarragona y el Gremi de Fusters i Ebanistes de Tarragona, se llevó a cabo una segunda restauración. Esta intervención abordó el cambio del sollado, bancos, la parte interior de popa, la orla y otras partes estructurales afectadas por su exposición prolongada al aire libre.
Ambas restauraciones, junto con el mantenimiento periódico, fueron coordinadas desde el Centre d’Estudis Marítims i d’Activitats del Port de Tarragona y, a partir del año 2000, asumidas por el Museu del Port.
Hoy, el bot de cadenes forma parte destacada de la ruta patrimonial del Puerto de Tarragona, consolidándose como un símbolo del legado marítimo de la ciudad. Con acciones como esta, Port Tarragona reafirma su compromiso con la conservación y difusión del patrimonio histórico local.