Este pasado sábado por la noche no vi completa la Final de Eurovisión. Lo reconozco. No fui uno de los 6,8 millones de espectadores de media que lo siguió en TVE. Y eso que me encanta y lo sigo cada año. Estaba haciendo un reportaje en Magaluf (Mallorca) sobre el turismo de borrachera británico y en ese momento solo pude ver de fondo en una gran pantalla alguna de las actuaciones. Obviamente allí cuando salió Sam Ryder, el representante de Reino Unido se desató la locura. Del resto no vi nada más en directo. Pero reconozco que sobre la una de la mañana empecé a recibir mensajes de mis amigos. El primero decía: «Chanelazo, este año si ganamos», otro «Qué nervios, nos lo llevamos». Dejé de mirar el teléfono un rato y de nuevo me llegaron más mensajes. «Eurotongazo», «Eurovisión es política» o «Ucrania ha ganado por la guerra». Me impactó ver que en Twitter los tuits iban en esa dirección. Una vez más llegaba verdadero eurodrama, o lo que es lo mismo polemizar con todos los detalles de la edición y especialmente con la canción ganadora.
Seis países no conectaron en directo debido a que la UER detectó irregularidades
Al llegar al hotel en Calvià no pude más y vi las actuaciones al completo del TOP 5. Y si, no había dudas. Chanel merecía ganar. Por su ilusión, por sus ganas, la puesta en escena, su trabajada coreografía y también por su voz. Mantuvo un gran nivel vocal durante sus tres minutos ante toda Europa y eso que saltó, se elevó y dio infinidad de vueltas sobre el escenario en Turín. Era la gran ganadora. Sí es cierto que Reino Unido bajó del cielo a un cantante prodigioso, pero es que Chanel rizó el rizo. Hizo algo muy complicado y con una ejecución que recordaba al de la gimnasia rítmica de las olimpiadas.
Al final votaron a España 35 de los 40 países ocho dieron la máxima puntuación (12 puntos), entre ellos potencias eurovisivas como Suecia, Australia o irlanda. Curiosamente Ucrania, Estonia, Letonia, Finalndia e Italia no dieron ni un punto para SloMo (la canción española). Lo del país transalpino parecía una «vendetta» según se contó en Twitter. Y es que a parte que el año pasado España no dio un punto para Mäneskin (la banda ganadora en 2021), un comentarista de la RAI dijo durante el periodo de votaciones que «Chanel es una Jennifer López de saldo». Y lo repitió hasta en tres ocasiones, y claro eso pudo influir. Este lunes este comentarista e influencer, Cristiano Malgioglio, se disculpó pero el daño ya estaba hecho. Pero para polémico, el mensaje de seis países participantes Rumania, Georgia, Montenegro, Azerbaiyán, San Marino y Polonia. Estos países no conectaron en directo con la gala debido a que la UER (Unión Europea de Radiodifusion) «detectó irregularidades en los puntos de sus jurados profesionales durante la segunda semifinal», es por eso que la organización «reemplazó sus votos en la gran final por los calculados por un algoritmo». Se están conociendo los verdaderos votos y todo apunta a que la segunda posición podría ser para España en lugar de la tercera. Si se confirman las primeras informaciones, nuestro país se llevaría la plata del concurso ya que Chanel consiguió 459 puntos con su show y se quedó a solo 6 puntos del representante inglés que, con su Space Man, obtuvo 466.
Si se confirman las primeras informaciones, Chanel se llevaría la plata del concurso
Y para poner más fuego a la situación, la televisión belga anunció ayer que esta decisión de los organizadores se debió a «que estos países tenían un acuerdo previo para intercambiarse puntos». Si esto se confirma seria un escándalo más de un Festival que ha llegado al 2022 con muchas luces y las mismas sombras; un certamen con un supuesto aire politizado en el que y en el que las votaciones siguen escondiendo tramas muy oscuras. ¿Habría que cambiar el sistema de puntuación? ¿Hay que mejorar el sistema de televoto?
Y a todo esto, otra polémica. ¿Puede ser Ucrania sancionada por sus mensajes sobre Mariúpol en Eurovisión? Los ganadores gritaron sobre el escenario italiano «Salvad Mariúpol. Ayuda a Azovstal ahora mismo». Muchos no se dieron cuenta, yo mismo me emocioné al escuchar el mensaje. Pero ahora resulta que Ucrania puede ser castigada según la normativa ya que no se permiten alusiones políticas. Si al final esto sucede me indignaría mucho. Tal vez su canción no fue la mejor pero está claro que su candidatura era un mensaje que Europa da al mundo, y especialmente a Rusia. Solo quieren, como todos, que acabe esta guerra injusta. Eurovisión es música pero también paz y libertad y eso es lo que piden los miembros de esta valiente banda ucraniana, Kalush Orchestra.
