El fallo judicial que inhabilita a Marine Le Pen para ocupar cargos públicos durante cinco años por malversación de fondos del Parlamento Europeo, añade una capa más al largo historial de escándalos que ha marcado su carrera. La noticia, que resuena con fuerza, no es solo un episodio aislado, sino una culminación de múltiples polémicas que han acompañado a la líder del Reagrupamiento Nacional (antiguo Frente Nacional) desde sus inicios. Aunque se centra en la malversación de fondos públicos, esta condena no es una novedad para Le Pen. Su partido, fundado en los años 1970 por su padre, Jean-Marie Le Pen, siempre ha estado envuelto en controversias sobre su origen, sus fuentes de financiación y sus relaciones internacionales. En 2014, Le Pen y su formación obtuvieron un préstamo de bnueve millones de euros de un banco ruso, tras la negativa de las entidades financieras occidentales a financiarles. A pesar de defender la legalidad de la operación, las circunstancias y la procedencia de los fondos pusieron a la líder ultra en el ojo del huracán.
La vinculación de su partido con Rusia y sus simpatías por el régimen de Vladimir Putin no hicieron más que alimentar los rumores y las sospechas de que su alineación política podría estar más influenciada por intereses externos de lo que parece. Pero la relación con Rusia no es el único factor que mancha el historial de la política francesa. Diversos informes han señalado que su partido creó un sistema fraudulento para desviar fondos europeos mediante empleos ficticios en el Parlamento de Bruselas. Investigaciones oficiales han demostrado que la cúpula del Reagrupamiento Nacional estuvo directamente involucrada en un esquema de malversación que pone en entredicho la transparencia y honestidad de su liderazgo.
Estos incidentes no han hecho más que reforzar la imagen de un partido que, más que defender los intereses de Francia, parece preocuparse por sus propios intereses y los de sus aliados internacionales. Es imposible hablar de Marine Le Pen sin señalar las múltiples sombras que la acompañan. Desde su origen y financiación hasta sus polémicas relaciones internacionales, pasando por los escándalos judiciales que siguen acumulándose, su liderazgo está rodeado de dudas sobre su integridad y transparencia.