Aún recuerdo cuando la ministra de Igualdad pedía que las mujeres pudiesen regresar solas y borrachas a sus casas, después de una noche de ocio, o lo que fuera. El día a día nos muestra que pretender esto, es una quimera, al menos de momento.
Tenemos otra violación de última hora en una playa de Málaga. La chica, según dicen, en estado de embriaguez, acepta que un chico recién conocido la acompañe a su casa, pasando antes por la playa dando un paseo. Otros dos, ya estaban esperando, y sucedió lo que ellos pretendían. A estas horas, otras víctimas de violación, ya deben estar haciendo las correspondientes denuncias. Al menos las que se atreven. Y todos los días con lo mismo. Los muchos millones de euros que están a disposición del Ministerio de Igualdad, deben estar haciendo el favor en otros menesteres, pero, en el caso de las violaciones, visto está que no las evita. Aunque imagino que pueden ayudar a las víctimas a rehacer sus vidas. Quizás sería buena idea poner unos rótulos a las entradas de las discotecas, advirtiendo sobre la bebida, o el trato con desconocidos. Lo mismo que se ponen señales de tráfico advirtiendo el peligro. Son mayores de edad, pero los que conducen también lo son. Espero que tengan buenas ideas los que velan por los ciudadanos. De momento, vamos a peor. En el 2021 aumentaron un 34,3%. Maria Elisa Aragonés. Tarragona