«Es un extraterrestre», afirma resignado Marc Fernández. Al organizador de la ultratrail de montaña ‘The Bandit, seguint els pasos del Coronel Carrasclet’, no le queda otra que rendirse ante la resistencia de Andris Ansabergs. El letón afincado en Torredembarra, el único ‘finisher’ de la pasada edición de la prueba, volvió a completar las cinco vueltas -unos 220 km por la Serra de Llaberia y los alrededores de Capçanes-. Salió con los otros 33 participantes el sábado 29 de octubre a la 1.45 horas de la madrugada para tocar la campana del Carrasclet, que da por concluida la carrera, el domingo a las 9.15 horas. En total, 56 horas y 20 minutos, más media hora de margen respecto al límite impuesto por la organización.
Si el objetivo de la The Bandit, emulando a la famosa Barkley Marathons estadounidense, es impedir que ninguno de los corredores pueda finalizar la prueba, está claro que Andris Ansabergs le ha vuelto a vencer. Y eso que este año se había añadido más dificultad. Precisamente para evitar que el letón pudiera acabarla. «Se lo complicamos mucho, con dos libros situados en unas cuevas muy difíciles de encontrar. No tiene límites. Es muy bueno», asume Fernández.
En esta edición, los participantes se encontraron con una prueba que exigía más en las vueltas pares que en las impares. Si en la primera, tercera y quinta eran 15 libros los que tenían que localizar, repartidos en un recorrido de 42 km (3.100 de desnivel positivo), en las impares, tercera y quinta vuelta, era 15 libros. Los tiempos exigidos para completarlos era de un máximo de 11 para las vueltas pares y 12 para las impares. Aunque la gran mayoría no pudo ni superar la segunda. De los 34 que salieron desde Capçanes, 17 consiguieron completar la primera vuelta y solo dos la segunda. Sin embargo, Andris Ansabergs fue el único que conseguía hacerlo dentro del tiempo. El castellonense Rubén Marc no pudo entrar dentro del límite y dejaba al letón como único competidor.
Ansabergs, campeón del mundo por parejas de rogaine, se pasó las dos primeras vueltas sin dormir. Con apenas dos ‘microsueños’ de 10 minutos. Con un roadmap y un mapa, ofrecido por la organización, en castellano, idioma que no domina todavía, el letón acompañó al grupo en la primera vuelta. Interpretando las indicaciones y tomando referencias sobre el terreno, para a partir de la tercera vuelta marcar su propio camino. Una hoja de ruta, nunca mejor dicho, que volvió a llevarle al éxito. Ni siquiera la niebla impidió que pudiera emular de nuevo al Carrasclet, el guerrillero catalán que atormentó a las tropas borbónicas en la Guerra de Sucesión.
El creador de la prueba se da por vencido y asume que «por muy difícil que se lo pongas, es capaz de lograr completarlo, es muy bueno». Así que solo queda «hacer dos mapas, uno para él y otro para el resto de los competidores», asegura jocoso. Fernández valora positivamente esta tercera edición de The Bandit. Una prueba que cada año logra más reconocimiento dentro del calendario de ultramaratones de montañas.
En esta edición han vuelto a contar con el apoyo del Ajuntament de Capçanes, así como de la delegación territorial en Tarragona de la Federació Catalana de Caça, que les permitió llevar a cabo la prueba en terreno de caza durante temporada de caza.
Este año, además, se llevó a cabo otras actividades como la cena entre participantes y voluntarios, el viernes, la ‘Tetobandit’, la versión popular y una Fideuá popular en la Plaça del Carrasclet.
Como cada edición, la inscripción para poder participar en The Bandit se pagaba con alimentos destinados al Banc d’Aliments. En total se recogieron 840 kg.