En Vila-seca, como en muchas otra ciudades, la explosión de la pandemia obligó al Ayuntamiento a conceder permisos a bares y restaurantes para que pudieran ampliar terrazas y ocupar espacios de la vía pública que hasta entonces no se usaban para ello. Desde el Covid, el uso de las terrazas se ha extendido y la demanda de licencias y la ocupación de la vía pública no han dejado de crecer. Ahora, el consistorio ha aprobado una nueva ordenanza municipal de terrazas con la que busca armonizar la imagen de estos espacios y garantizar la buena convivencia.
«A más ocupación de la vía pública, más molestias que se generan a los vecinos. Requiere buscar un equilibrio que siga potenciando la actividad comercial, pero que también garantice el descanso a los vecinos que tienen debajo un establecimiento», apunta Josep Toquero, concejal de Servicios Generales, Seguridad y Civismo. «Queremos actualizar la ordenanza a los tiempos actuales, en los que podemos disfrutar de las terrazas prácticamente todo el año», añade.
Para reducir los ruidos, una de las medidas que se introducen es no permitir las mesas y sillas de aluminio en la vía pública, un material muy común actualmente en muchas terrazas. Así, la nueva ordenanza establece que los únicos materiales permitidos para las sillas son las resinas plásticas y, en el caso de las mesas, también se permitirán estructuras de acero inoxidable pintado.
Además, la norma señala que «estos elementos de mobiliario tendrán que incluir tacos de goma u otros dispositivos de protección para minimizar el ruido tanto durante el uso como en los procesos de colocación y retirada».
Por otro lado, la nueva normativa dispone una serie de medidas estéticas, limitando los colores permitidos en el mobiliario e introduciendo otros elementos como jardineras, que tendrán que introducir los establecimientos para delimitar el espacio que ocupan en calles o plazas. «Se trata de añadir elementos nuevos que sean armónicos con la vía pública. Que al pasear por Vila-seca veas elementos dignificados que sigan una línea estética similar», explica Toquero.
De esta forma, y siguiendo el diseño que ha encargado el Ayuntamiento a un estudio de arquitectura, todas las mesas, sillas y sombrillas seguirán gamas de color beige, gris claro o gris oscuro. Asimismo, se introducen nuevas vallas y tarimas de acero y madera para aquellas terrazas que estén ubicadas en la calzada en calles de acera estrecha. Una medida que busca afianzar con elementos más duraderos estos espacios exteriores que se introdujeron a raíz de la pandemia.
En Vila-seca, las licencias de terrazas se otorgan para dos períodos diferenciados. El de invierno, para los meses de noviembre, diciembre, enero y febrero, y el de verano, desde el 1 de marzo hasta el 31 de octubre. El objetivo, según explican desde el consistorio, es que los negocios puedan ir adaptando sus terrazas durante este invierno y que la nueva imagen de las terrazas esté implantada en marzo del año que viene.
El Ayuntamiento llevaba unos años trabajando en esta nueva ordenanza, que se aprobó de forma inicial en el último pleno. En este tiempo, desde el consistorio se ha trabajado con las aportaciones de la Associació d’Empresaris d’Hostaleria (AEH), que reclamaba introducir la regulación de elementos de confort para los meses de invierno. En este sentido, la ordenanza regula el uso de estufas exteriores y de sombrillas, pero no permite los cierres perimetrales, más allá de las sombrillas.