La pandemia introdujo en Vila-seca un nuevo modelo de terrazas que hasta entonces no se había desarrollado en la ciudad. Se trata de zonas acotadas en la calzada para mesas y sillas, que se pusieron a disposición de los establecimientos que tienen acera estrecha. De esta forma se garantizaba que estos bares y restaurantes pudieran contar con un espacio exterior cuando las restricciones de la pandemia no permitían el consumo en interiores. Ahora, el Ayuntamiento quiere consolidar estos espacios con una imagen renovada.
En su día, se instalaron unos cierres de madera para delimitar las zonas de terraza de los establecimientos en la calzada. Un espacio que se ganó a costa de plazas de aparcamiento y que se limita al tramo de fachada que tiene cada local. Ahora, desde el consistorio explican que ésta era una medida provisional y que se está trabajando en el diseño de unos nuevos cierres para afianzar este tipo de terrazas. El objetivo sería unificar un modelo más duradero y seguro que se podría empezar a desplegar el próximo verano.
De todos los establecimientos de restauración que pidieron este tipo de terrazas, alrededor del 80% de ellos las mantienen ahora que han empezado a pagar la correspondiente tasa de ocupación. En total continúan instaladas 16, nueve en Vila-seca y siete en La Pineda.
De este modo, el consistorio ha introducido en la normativa este tipo de terrazas para permitir definitivamente estos espacios ganados en las calzadas, siempre previa inspección de la Policía Local que garantice que no entorpecen la circulación viaria.