La Plaça Corsini de Tarragona ha acogido esta mañana la final del Premi Social ‘Josep Lluís Rull’, enmarcado en la quinta edición de los Premis Gastronòmics Josep Lladonosa. Los grandes triunfadores han sido Pol González, de la Escola d’Hoteleria i Turisme de Cambrils (categoría sala), quien además ha recibido el premio especial al mejor cóctel Royal Bliss, y Yassine Maatallaoui, de la Fundació Formació i Treball del INS Escola-Restaurant de Sant Adrià de Besòs (categoría cocina).
El galardón, entregado por Montse Adan, concejala de Turisme, Promoció Econòmica y Comerç del Ayuntamiento de Tarragona, y Pere Granados, diputado delegado de Polítiques d’Ocupació y Emprenedoria de la Diputació de Tarragona, reconoce a ambos como los mejores alumnos de cocina y sala entre las fundaciones y entidades que imparten formación gastronómica en Catalunya.
Gracias al alto nivel demostrado, tanto Pol González como la segunda clasificada en la categoría de sala, Emma Eitaviciue (INS Dertosa-Tortosa), participarán en la gran final profesional que se celebrará el próximo 21 de mayo en el Palau de Pedralbes de Barcelona.
La prueba final, realizada en formato “masterchef” en directo, reunió a 20 alumnos previamente seleccionados: 10 en cocina (seis de Tarragona y cuatro de Barcelona) y 10 en sala (cuatro de Tarragona y seis de Barcelona).
El premio lleva el nombre de Josep Lluís Rull, empresario catalán y expresidente del Grupo Rull —empresa familiar dedicada al diseño y construcción de cocinas profesionales— y gran impulsor de los Premios. Su hijo, Víctor Rull, y su esposa, Carme Caubet, participaron también en una emotiva ceremonia de entrega.
La jornada de hoy, organizada con la colaboración de la Diputació de Tarragona, refuerza el carácter inclusivo y social de los Premis Josep Lladonosa, que promueven la formación, la igualdad de oportunidades y el talento joven en el ámbito gastronómico. Tanto el Ayuntamiento como la Diputació han reiterado su compromiso con el certamen por sus valores sociales.
El jurado de esta edición ha contado con figuras destacadas como los hermanos Sergio y Javier Torres (restaurante Cocina Hermanos Torres de Barcelona, con tres Estrellas Michelin), y Pep Moreno (estrella Michelin por el restaurante Deliranto de Salou). El propio Josep Lladonosa, chef, formador e historiador de referencia de la cocina mediterránea, animó personalmente a los jóvenes concursantes con la sabiduría que le otorgan sus 87 años.
Finalistas de la categoría profesional
Durante la jornada de ayer sábado se celebró la segunda semifinal profesional al aire libre, también en la Plaça Corsini, donde se seleccionaron los últimos siete finalistas (cuatro en cocina y tres en sala) entre 14 candidatos de Tarragona, Lleida y Girona. Junto a los seleccionados hace dos semanas en la Escola Vedruna Gràcia de Barcelona, el cuadro de finalistas queda completo con ocho aspirantes en cada categoría.
Una de las grandes novedades de esta edición es la inclusión oficial de los Premios Lladonosa dentro del programa “Catalunya Regió Mundial de la Gastronomia 2025”, un reconocimiento otorgado por el Instituto Internacional de Gastronomía, Cultura, Artes y Turismo (IGCAT). Esta distinción pone en valor el compromiso del certamen con la excelencia, la tradición culinaria y la proyección internacional del talento local.
Una cocina de hace 700 años
Bajo el lema “Una cuina de fa 700 anys”, esta quinta edición recupera las raíces de la gastronomía catalana con recetas medievales basadas en los manuscritos históricos recopilados por Josep Lladonosa. El concurso no solo busca la destreza técnica, sino también el respeto por la identidad de los platos tradicionales.
Además del certamen, se está produciendo un documental sobre la figura de Lladonosa y se publicará un recetario dedicado a la cocina medieval con el mismo título del lema de este año.
El reto final
Los mejores estudiantes de cocina y sala de Catalunya y Andorra han sido seleccionados tras una fase online, semifinales territoriales (Girona-Barcelona y Tarragona-Lleida-Andorra) y culminarán su recorrido en la gran final de mayo en Barcelona. Los concursantes de cocina deberán elaborar un plato principal y un postre basados en el recetario medieval catalán, mientras que los de sala afrontarán pruebas de servicio de mesa, cerveza, vino, café y coctelería.