El informe de los arquitectos así como el del jefe técnico de Patrimoni Històric del Ayuntamiento, junto con artículos del Diari referentes a Ca L’Ardiaca, sirvieron de base de la denuncia presentada por el abogado Xavier Capilla por el estado de abandono de este inmueble, que es de propiedad particular, ya que considera que se ha cometido un delito contra el patrimonio histórico. El Juzgado de Instrucción número 4 ha archivado el caso. El letrado ha presentado un recurso de apelación ante la Audiencia Provincial de Tarragona.
La denuncia iba dirigida inicialmente contra la empresa propietaria del inmueble, Desarrollos Arbe SL, con sede social en Zaragoza. Para el abogado, tras analizar los informes y la documentación aportada, entiende que los hechos pueden ser constitutivos de un delito contra el patrimonio histórico por daños a un edificio que está en trámites de ser catalogado Bé Cultural d’Interès Nacional (Becin). Y por ello solicitaba al juzgado la apertura de diligencias previas.
Y así lo hizo el Juzgado de Instrucción número 4 de Tarragona, que le tocó el caso por reparto. Y tardó un mes y medio en dar carpetazo al asunto. El pasado 25 de abril, mediante un auto, sobreseyó provisionalmente dichas diligencias. La magistrada consideraba que «el abandono de un edificio solo puede ser constitutivo de delito en caso de haber cobrado el sujeto activo una cantidad por una obra en construcción».
El abogado denunciante entiende que el argumentario de la magistrada no se corresponde con el objeto de la denuncia ya que esta se hizo por un delito contra el patrimonio, mientras que la jueza parece indicar como si se tratara del abandono de una obra.
En su recurso de apelación ante la Audiencia Provincial, el letrado señala que tal como se expresaba en la denuncia, hay daños directamente constatados con el derrumbe de un techo del siglo XVI, un peligro inminente con afectaciones a frescos del siglo XIV y el resto de elementos históricos del conjunto palatino, algunos de los cuales son de la época romana. Unos elementos patrimoniales que los técnicos califican como de «enorme relevancia histórica».