Generalitat de Catalunya y Ayuntamiento de Tarragona escenifican este mediodía el acuerdo que, tras años de negociaciones, permite traspasar la gestión del Palau d’Esports del Anillo Mediterráneo de Campclar a manos del Consistorio. Por ello, la consellera de Presidència del ejecutivo autonómico, Laura Vilagrà (ERC), visitará hoy a las 11.30 horas el pabellón del barrio de Ponent para hacer entrega de las llaves del equipamiento al alcalde Pau Ricomà (ERC), en un acto que contará con representantes de diferentes fuerzas políticas del Saló de Plens.
Sobre ello, ayer el portavoz de Esquerra Republicana en la Plaça de la Font –Xavier Puig– detalló en Tarragona Ràdio que la voluntad del Patronat Municipal d’Esports es la de poner el recinto a disposición de los clubes a partir del mes de septiembre. «Teníamos un nyap importante sobre la mesa y lo hemos solucionado», afirmó el edil de la formación republicana, quien destaca que pese a que la propiedad del inmueble será del Govern «lo que importa es que la titularidad seguirá siendo pública y que la gestión será municipal para siempre».
De hecho, la futura puesta en marcha del pabellón fue ayer la gran protagonista de la tertulia política de la emisora municipal. En este sentido, el concejal socialista Berni Álvarez lamentó que «la Generalitat no ha cumplido, ya que nos entrega un pabellón no acabado», en el que restan unos 500.000 euros por invertir. «Lo que nos puede comportar más problemas es la falta de la gradería completa. Si queremos organizar grandes eventos tocará alquilar una, con el sobrecoste que ello provocará», indicó el edil del PSC. Por su parte, Puig rebló que «esto es un problema pequeño que arreglaremos».
El Palau d’Esports se inauguró en junio de 2018 para los Juegos del Mediterráneo, tras una inversión de 18,4 millones de euros por parte de la Generalitat. Sin embargo, cuando finalizó el evento el espacio quedó vacío y sin ningún uso ante la falta de un acuerdo que no ha llegado hasta 2022. «Cuando entramos en junio de 2019 nos encontramos con que a partir de julio no había contrato de mantenimiento para la jardinería, tuvimos que hacer mans i mànigues para arreglarlo», afirmó Puig, a la vez que Álvarez reivindicó «mirar hacia adelante» para gestionar un recinto que «debe ser un polo de atracción del turismo deportivo».