El Ayuntamiento de Tarragona, a través de tres actuaciones proyectadas por la Empresa Municipal Mixta d’Aigües (EMATSA) –una en colaboración con la Agència Catalana de l’Aigua (ACA)– quiere triplicar la capacidad actual de la red de evacuación municipal ante posibles inundaciones en la Part Baixa de la ciudad.
Las tres iniciativas pasan por la construcción de un nuevo colector en la zona de Torres Jordi, la ampliación de la galería de la estación de bombeo de aguas residuales (EBAR) de la calle Barcelona y la rehabilitación del túnel de desvío hacia la playa del Miracle. En total, el coste ascendería a los tres millones de euros.
La del nuevo colector de Torres Jordi será la segunda inversión más potente de los presupuestos de este 2024: se destinarán 1.624.000 euros (IVA incluido).
«El colector eliminará la mayor parte de los problemas de inundaciones en la zona», Ricard Mestre, ingeniero de caminos del Ayuntamiento de Tarragona
Actualmente, la infraestructura existente, de 800 milímetros de diámetro, recoge las aguas pluviales desde la calle de Jaume I y las vierte al río Francolí. El nuevo colector, de 1.500 milímetros, será paralelo al actual y «eliminará la mayor parte de los problemas de inundaciones en la Part Baixa», expone el ingeniero de caminos del Ayuntamiento de Tarragona, Ricard Mestre.
En el marco de esta acción, el consistorio debe efectuar unas calas arqueológicas –cuyos puntos ya se han definido– para comprobar si puede haber restos arqueológicos y analizar qué habría que hacer en caso de encontrarlos. De ello dependerá el calendario de las obras, que se alargarán nueve meses a partir de su inicio.
El concejal de Territori, Nacho García, apunta que ya se ha hablado con los vecinos para ponerlos al corriente. Lo confirma el presidente de la Plataforma d’Afectats per les Inundacions als Barris Marítims, Jorge Lustres: «Mantenemos reuniones periódicas con el gobierno municipal», indica. La última se celebró el pasado 28 de noviembre con la concejala de barrio, Montse Adan, y con responsables de EMATSA.
La segunda medida, ya prevista en el Pla de gestió del districte de conca fluvial de Catalunya per al període 2022-2027 de la ACA, prevé ampliar la galería de la EBAR de la calle Barcelona, que representa la salida de las aguas pluviales hacia la playa del Miracle por debajo de las vías del tren.
«La intención es llevar las aguas o hacia el Francolí o hacia el Miracle para que no vayan hacia la Part Baixa», Nacho García, concejal de Urbanismo
Actualmente, esta galería está ocupada por dos colectores: uno impulsa las aguas hacia la estación de bombeo del Miracle y después hacia la depuradora, y el otro es el emisario submarino –una conducción cerrada que transporta aguas residuales (urbanas o industriales) desde una estación de tratamiento hasta una zona de inyección en el mar, donde la distancia entre la línea de costa y el punto de descarga más cercano debe ser igual o superior a 500 metros–.
La idea es que se eliminen los colectores de dentro de la galería y que, después de inspeccionarla, se amplíe la capacidad de la misma mediante dos nuevas hincas –perforaciones horizontales– por debajo de las vías del tren, para así liberar el espacio que ocupan los colectores. El importe total del proyecto, cubierto por la ACA, asciende a los 800.000 euros (IVA incluido).
En esta línea, está programada la construcción de seis arquetas: una en la calle Castaños –ya ejecutada–, una en la calle Sant Miquel –en proceso–, otra en la calle Nou de Santa Tecla –pendiente– y tres más en la calle Reial –pendientes–. Estas arquetas tendrán el objetivo de facilitar a los operarios el acceso a los colectores para realizar labores de limpieza y mantenimiento.
De la Part Alta a la Part Baixa
Los técnicos municipales han comprobado que el eje Rambla Nova-Unió-Apodaca es, básicamente, por donde baja el agua proveniente de la Part Alta. EMATSA está inspeccionando una galería existente entre la calle Armanyà y la Baixada del Toro y que también va a dar a la playa del Miracle.
Lo que quiere hacerse son intervenciones de rehabilitación y llevar a cabo la redacción previa de un proyecto ejecutivo que derivará en unas obras para instalar nuevos colectores. Entre todas las actuaciones, el coste podría subir hasta los 750.000 euros (IVA incluido).
Por el momento, durante 2023 se han realizado los trabajos de investigación e inspección para comprobar la situación estructural de la galería.
Estas obras no impedirían completamente una inundación si se repiten las lluvias de la Santa Tecla de 2022, pero sí que minimizarían los daños materiales. Si se comprobara que estas actuaciones no son suficientes, el consistorio podría activar antes de lo previsto un proyecto para que las aguas pluviales se desviaran hacia Ramón y Cajal y conectaran con la galería del Passeig de la Independència: «La intención es llevar las aguas o hacia el Francolí o hacia el Miracle para que no acaben en la Part Baixa», detalla García.
«Mantenemos reuniones periódicas para conocer cómo van las actuaciones», Jorge Lustres, presidente de la ‘Plataforma d’Afectats per les Inundacions als Barris Marítims’
Por otra parte, el Ayuntamiento también prevé, siempre que sea necesario, adaptar el colector ya existente en Torres Jordi para que tenga un diámetro de 1.000 milímetros. Con estas intervenciones, ya sí que una hipotética repetición del temporal de Santa Tecla en 2022 se absorbería.
En palabras de Mestre, «cada obra representa una inversión muy grande y que genera un problema para los vecinos a nivel urbanístico». Por lo tanto, el consistorio esperará a ver cómo funcionan las medidas ya proyectadas para ver qué camino seguir en el futuro.