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Rosa Huguet, arqueóloga: «Con Pink ha aparecido un personaje que no conocíamos»

La investigadora del IPHES habla del esfuerzo (no siempre bien compensado) que hay detrás un hallazgo que ha dado la vuelta al mundo y de lo poco que sabemos de la investigación local

24 marzo 2025 21:04 | Actualizado a 25 marzo 2025 19:09
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Rosa Huguet (El Vendrell 1972) es investigadora del Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social, (IPHES), y firma, junto a Xosé Pedro Rodríguez, un artículo científico publicado en Nature que ha dado la vuelta al mundo. El mismo da cuenta del hallazgo en Atapuerca de la cara más antigua de Europa. El fósil fue bautizado como Pink, en recuerdo del disco de Pink Floyd La cara oculta de la luna, pero también es un honor que el equipo ha querido rendir a Rosa (pink en inglés). La investigación apareció en los titulares de la CNN, CBS, Libération, FOX... Y en todos los grandes medios españoles.

¿Cómo va la resaca de la atención mediática de estos días?

(Risas) Bien, aunque ha habido unos días bastante movidos... Pero contentos y agradecidos de que haya tenido tanto impacto nuestra investigación.

Porque lo habitual es que vuestro trabajo sea mucho más anónimo ¿no?

Sí, sin ir más lejos, el viernes de la semana pasada publiqué otro artículo con un doctorando sobre los procesos de acumulación de restos de ave en dos yacimientos de aquí de Tarragona. Nadie se ha enterado más allá de los especialistas.

¿Cuándo descubrió que quería ser arqueología?

Yo vine a Tarragona con la idea de hacer historia contemporánea. Lo que pasa es que cuando llegué a la facultad, el primer profesor que me encontré fue Eudald Carbonell y eso no deja indiferente a nadie. Su filosofía es que quien tenga interés tiene las puertas del laboratorio abiertas.

¿Recuerda su primera excavación?

Sí, fue en agosto del 92 en el Abric Romaní, en Capellades, que es una excavación que se lleva desde el IPHES, desde hace 40 años. Es probablemente el mayor campamento de neandertales que hay en el mundo.

En las excavaciones hay que tener mucha paciencia para aguantar tanto polvo y calor.

En el caso de la Sima del Elefante (el yacimiento de Atapuerca donde apareció Pink), estamos en una zona de cueva, digamos, bastante estrecha y toca poco el sol. Pero en general en las excavaciones sabemos las condiciones que hay. Lo que sí tenemos habitualmente es un buen ambiente de trabajo, nos gusta lo que hacemos y esto es una ventaja muy importante... Pero es verdad que son muchas horas y hay muchos momentos que no encontramos nada.

Habrá un punto de suerte también, ¿no? Que te toque excavar en el sitio exacto.

Hay que tener en cuenta que sabemos que hay registro fósil porque primero se hacen unos estudios previos. Por ejemplo, en la Sima del Elefante, se hizo un pequeño sondeo de metro y medio por metro, que sería como un agujero de un ascensor pequeño. Hubo cuatro personas que estuvieron haciendo esto durante tres años. Entonces es cuando ya empiezas a excavar en extensión....Lo que sí es suerte es la persona en concreto que encuentra el fósil. Edgar Téllez, por ejemplo, que fue la persona que encontró al fósil de Pink era su primer día en ese sitio. Él llevaba 15 días excavando en otra zona y dio la casualidad de que la persona que excavaba en esa zona ese día no estaba porque se tenía que ir un día antes. Y te diré más, Edgar, además lo encontró porque ese día no tenía que estar excavando ahí tampoco, sino que estaba con otro compañero, pero el otro era más alto y la zona de excavación era un poco incómoda para él y se cambiaron. Eso fue a primera hora de la mañana y después del almuerzo, Edgar encontró el fósil. Aunque es una suerte relativa, porque Edgar llevaba nueve años excavando en la Sima del Elefante.

En una investigación como esta ¿cuánto hay de tecnología y cuánto de trabajo humano sobre el terreno?

El ser humano está al 100% desde lo que es la planificación. Una vez en la excavación, con un ordenador y una PDA, introducimos los datos del resto, las coordenadas, el material, la identificación primera. Hace 15 años era a mano, y en algunos yacimientos todavía es así, pero nosotros en el IPHES Cerca tenemos un sistema informático. Luego por la tarde, en el laboratorio, se chequea que todo ha llegado. Eso lo hace un grupo de personas, otro lava el material y otro sigla, o sea, escribe encima la coordenada de la pieza con un esmalte especial para protegerla. A partir de aquí ya hay un primer análisis que hacemos los distintos especialistas, los de la fauna y tafonomía (disciplina que estudia los procesos perimortem y postmortem), por un lado, los de industria lítica por otro... En fin, todo eso y la restauración que también tiene su parte, que es ver dónde casan los distintos fragmentos. Luego existen los que lavan el sedimento. Toda la tierra que sacamos no se tira sino que hay un grupo de especialistas que la revisa porque existen restos de ratoncitos de campo, de musarañas, sapos... Animales con un esqueleto tan pequeño que cuando excavamos no vemos pero da mucha información...

En el caso de Pink usaron tecnología 3D para reconstruirla

Sí, es que luego está la parte del estudio, de investigación. Y ahí sí, hemos entrado en el mundo de la Inteligencia Artificial, el Machine Learning, se está utilizando, estamos utilizando el 3D... Tenemos un scanner, como el que encuentras en un hospital, que te permite ver le fósil por dentro.

Este montón de procesos que explica permiten entender por qué hay tanta gente implicada en un estudio así.

Claro, nosotros en el IPHES tenemos la suerte, porque ese fue el concepto de Eudald, desde un principio de crear un equipo con especialistas que pudiesen cubrir todas las líneas de investigación de un proyecto que estudia la prehistoria. Este artículo lo firman más de 30 investigadores. Aquí en Tarragona tenemos especialistas en antracología, o sea, en los carbones que encontramos en los yacimientos, en estudiar los micromamíferos, los anfibios, reptiles, aves, la industria lítica... Hay un laboratorio de restauración extraordinario, un laboratorio de paleobotánica...

¿Cree que los tarraconenses nos hacemos una idea de lo que tenemos en el IPHES?

No, la verdad es que no, aunque nuestra vocación es que se conozca y hacemos toda la divulgación que podemos y sabemos. Tenemos una idea muy clara, desde la dirección del IPHES, que la lleva la doctora Marina Mosquera, hasta el último estudiante predoctoral, y es que nosotros estamos trabajando con dinero público, que es dinero de todos, así que si hacemos una investigación tenemos que explicarla a la sociedad.

$!La doctora Rosa Huguet, con el fósil de ‘Pink, una imagen que han publicado medios de todo el mundo. foto: Maria D. Guillén (IPHES-CERCA)

¿Por qué es tan importante el descubrimiento de Pink? ¿Qué puertas abre?

Pink es importante porque nos permite saber que el primer homínido que vivió en Europa no era homo antecesor, como ahora hasta ahora pensábamos, sino que nos abre la puerta a conocer quién era, porque no lo sabemos. Sabemos que es alguien que se asemeja a Erectus, pero no sabemos si es Erectus. Y además sabemos que era un homínido capaz de hacer unas herramientas rudimentarias pero muy válidas. La importancia de Pink es ver que la ocupación del continente europeo fue más antigua de lo que pensábamos, o sea, en 1,3 o 1,4 millones de años. Pero, sobre todo, lo importante es que aparece un personaje nuevo que desconocíamos. Es como si ahora, en el mundo contemporáneo, alguien llegara a una isla en cualquier lugar del mundo que no conocíamos y se encontrara alguien que no tiene nada que ver, que no es sapiens.

«Pink es como si ahora llegáramos a una isla en cualquier lugar y encontráramos alguien que no tiene nada que ver, que no es sapiens»
«Formamos investigadores con el dinero de todos y no les damos continuidad. Tienes gente con 40 o 50 años sin estabilidad laboral»
«Quería hacer historia contemporánea, pero el primer profesor que me encontré fue Eudald Carbonell y eso no deja indiferente a nadie»

¿Cómo os tratan las administraciones? Supongo que es más fácil convencerles de investigar en temas de salud, pero ¿cómo explicar por qué estudiar el pasado?

Pues depende. En Atapuerca, la Junta de Castilla León ha apoyado siempre las excavaciones y trabajamos también con dinero del Ministerio; y luego hemos tenido también el apoyo de los ayuntamientos de Atapuerca y de Juarros, que son los dos pueblos donde está la sierra. Luego, a nivel de Tarragona, los ayuntamientos se han implicado normalmente, así como ocasionalmente la Diputació. A nivel de la Generalitat, que es la que financia el IPHES, la cosa se complica un poco más. Ahora mismo, por ejemplo, nuestros sueldos son sueldos bajos y estamos intentando que esto se corrija. Tenemos mucha actividad y mucha producción a un coste muy bajo para la administración.

Entiendo que la situación se agrava con los investigadores más jóvenes

Claro, para los investigadores jóvenes cuando acaban su tesis doctoral se complica porque todas las administraciones, desde las autonómicas hasta la estatal, los recursos que se invierten en investigación son pocos y se encuentran en un abismo. Los formamos con el dinero de todos y luego no les damos continuidad. Y así tienes gente con 40 o 50 años sin una estabilidad laboral, es terrible.

Su investigación se ha centrado en las estrategias de supervivencia de los homínidos. ¿Realmente se organizaban socialmente?

Le pongo un ejemplo. Está claro que para cazar un bisonte necesitas tener un grupo que esté coordinado y que esté cohesionado y que luego comparta esos alimentos, ¿no?. Otro ejemplo destacado es el cuidado de los enfermos. Tenemos el del hombre de Dmanisi hace 1,8 millones de años que resulta que no tiene dientes y que además ha cicatrizado, por decirlo así. Eso significa que no ha muerto por el hecho de no tener dientes, sino que alguien le tuvo que dar de comer. Y cuando alguien da de comer a una persona anciana del grupo o una persona enferma estamos en una parte social importante... También se ve en el aprendizaje. Para que los grupos vayan teniendo mejores herramientas, esto se hace de generación en generación.

¿No le hace pensar en cómo nos extinguiremos?

(Risas) Pues no sé cómo nos extinguiremos. Supongo que llegará un momento que nos extinguiremos como cualquier especie biológica... O que evolucionemos hacia otra cosa.

El hecho de ser mujer, ¿ha limitado su carrera investigadora?

Yo no tengo hijos. El mundo de la investigación es complicado porque te mueves mucho, porque tienes que tener una pareja que comprenda que te mueves mucho. Tenemos compañeras que han hecho estancias fuera y han tenido la suerte de tener compañeros que han dejado su trabajo y han dicho, ‘Me voy contigo’. O bien se han quedado los niños y ellas se han ido. Pero atención que estoy diciendo que tienen ‘la suerte’ y esa frase no es baladí... Además, a medida que vas subiendo la presencia de mujeres es escasa. Marina Mosquera, directora del IPHES, es de las pocas mujeres directoras de centros Cerca. Y en Atapuerca venimos de tres codirectores, tres directores hombres. En la siguiente generación habrá dos mujeres pero junto a cuatro hombres. Queda mucho camino.

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