«Esta es una procesión especial. El paso del Sant Sopar cumple treinta años desde su creación y, además, vuelvo como capataz del misterio después una importante lesión». Estas eran las palabras emocionadas de Rosa Mallol, más conocida como Patxitxa, quien ayer volvía a brillar durante la procesión y viacrucis de El Serrallo. Patxitxa tuvo que someterse a dos operaciones de prótesis de rodilla que la dejaron sin poder salir dos años.
La del barrio marinero es la primera cita para los amantes de la Setmana Santa de Tarragona. Se trata de una procesión organizada por el Gremi de Marejants, en la cual participan los pasos del Sant Sopar, del Sant Enterrament y el de la Presa de Jesús –de la Confraria de Pescadors–. Tampoco faltaron al encuentro los Armats del Gremi de Marejants y congregantes de otras cofradías que participan en todas las procesiones.
Pero la jornada empezaba de buena mañana, cuando los responsables de los pasos los arreglaban para que lucieran durante la tarde. A las siete y media de la tarde se daba inicio al viacrucis por el interior de la iglesia de Sant Pere. Media hora más tarde, los pasos empezaban a desfilar.
Como novedad, la procesión volvió por el paseo, tocando el mar, en lugar de hacerlo por las calles anteriores, como se hacía hasta ahora. «Creemos que es buena idea que estemos cerca del mar», explicaba Francesc Seritjol, copresidente del Gremi de Marejants.