Toque de atención de los niños y jóvenes de la ciudad. En su cruzada por un mundo más sostenible y amable con el medio ambiente, en la que ya parece la lucha de su generación, un total de catorce centros de educación de Tarragona, entre colegios e institutos, protagonizaron ayer un acto de tono reivindicativo para clamar por unos caminos seguros a la escuela, más centros culturales y más espacio público para que puedan jugar y disfrutar.
«¡Somos niños y la calle es nuestra!», reclamaban cuarenta alumnos tarraconenses en un acto en el Antic Ajuntament ante la presencia del conseller d’Educació amb funcions, Manel Castaño.
Ayer fue el día en que los alumnos de entre 4º de Primaria y 1º de la ESO, en representación de todos sus jóvenes compañeros presentaron en sociedad lo que han estado preparando a lo largo de este curso escolar.
El grupo de trabajo ‘Lectura i entorn’, nacido en la Biblioteca Pública, se basaba en el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 11, que se centra en las ciudades sostenibles y busca asentamientos humanos más inclusivos, seguros, resilientes, sostenibles y verdes. Después de haberlo trabajado en clase, cada centro y cada curso en su proyecto concreto, ayer fue el día de ponerlos en conjunto.
Desde la Escola El Miracle se preguntaron sobre la seguridad de los caminos al colegio y se pusieron a prueba para detectar los peligros y las barreras arquitectónicas que les dificultan el día a día. Y al parecer, fue tarea fácil porque son muchos: los alumnos se grabaron yendo de casa al colegio y descubrieron que la ciudad todavía no está preparada para todo el mundo.
Una exposición en el Antic Ajuntament hasta el 13 de junio recoge todas las propuestas
«Queremos fomentar más autonomía y conseguir nuestro espacio para que sea el más inclusivo posible, con semáforos adaptados, calles limpias y reduciendo la velocidad de los vehículos», reclamaban. Y emplazaron el joven público del resto de centros a una manifestación que han convocado el próximo lunes por la mañana, ante el Ajuntament, por reclamar sus derechos como niños.
Las propuestas y formatos de los jóvenes fueron interesantes. Desde la escuela Marcel·lí Domingo apostaron por un rap muy pegadizo, mientras que los alumnos del Sant Pere i Sant Pau realizaron encuestas, entrevistas y reflexiones para conocer el estado de su barrio: «Las aceras no son correctas, las calles son poco accesibles y faltan equipamientos como una biblioteca», dijeron, con autoridad.
Los jóvenes de los Carmelites propusieron unos códigos QR para dar a conocer el patrimonio cultural y popular de la ciudad a tarraconenses y visitantes y, en la plaça de la Dona Treballadora, cerca de su centro, apostaron por un jardín vertical como «un nuevo espacio verde de la ciudad».
El acto terminó con la inauguración de la exposición ‘Mira, parla, actua’, que recoge todas estas propuestas y estará en el Antic Ajuntament hasta el 13 de junio. Propuestas que, por lo menos, merecen ser estudiadas.
Estudiadas por un gobierno municipal, ayer representado por el conseller d’Educació amb funcions, Manel Castaño, que aseguró que las llevarían al ple de l’Ajuntament pero «ya desde la oposición».
La inspectora d’Educació, Rosa Maria Codines, aseguró sentirse «muy contenta y responsable» del bienestar de los niños. Castaño y Codines se llevaron un dossier que les habían preparado los jóvenes, ya que no habían traído libreta y boli para apuntar: «Que nadie nos regañe, ¡la calle también es nuestra!».
