El edificio puente que debe unir en un futuro el actual Hospital Joan XXIII con el nuevo, entrará en funcionamiento a lo largo del segundo trimestre de este año. Así lo aseguran fuentes del Institut Català de la Salut (ICS), quienes calculan que, durante el mes de mayo, las obras del edificio puente ya estarán terminadas. De esta manera, se pondrá fin a los trabajos más importantes de la primera fase del proyecto del nuevo complejo hospitalario.
Una vez el edificio puente esté acabado, se trasladará en él la sala de espera de las Urgencias, además del triaje y el control de seguridad. Será entonces cuando se iniciarán las actuaciones en la actual sala de espera. La intención es hacer consultas externas y alguna sala de rayos X, aunque todavía está por concretar. Fuentes del hospital aseguran que estos trabajos no afectarán a la actividad asistencial del servicio de Urgencias.
El edificio puente conectará el actual edificio C –el de las Urgencias– con lo que se conoce como el CORE, un equipamiento que funcionará como edificio principal dentro del nuevo complejo sanitario, y que está previsto que se construya en la segunda fase del proyecto. Acogerá una área de hospitalización para 252 pacientes y contará con más de 70.000 metros cuadrados de superficie. El ICS calcula que la construcción pueda iniciarse justo de aquí un año y que entre en funcionamiento durante el año 2026, tal como marca el calendario propuesto. Para ello será necesario contar con financiación, cosa que en la actualidad no está cien por cien garantizada para esta segunda fase, debido a la falta de presupuestos de la Generalitat.
CORE materno-infantil
Otra de las unidades que se está reordenando es la materno-infantil. La intención del hospital es concentrar todos los servicios relacionados con la salud de las mujeres y de los más pequeños en la cuarta planta, generando así un especie de CORE materno-infantil. Actualmente, se está trabajando en el área de hospitalización obstetricia, que estará lista a principios del próximo trimestre. Esta operación permitirá reubicar los pacientes pediátricos al lado izquierdo del edificio B, liberando así el espacio donde actualmente se encuentran –en la cuarta planta del edificio C–, para poder empezar las obras de los paritorios. La previsión es que estos trabajos se alarguen unos 8 meses.
De esta manera, en la cuarta planta nos encontraremos, a la derecha, los paritorios, y a la izquierda, las dos UCI, la neonatal y la pediátrica. En la misma planta, pero en el edificio B –el principal en la actualidad–, podremos encontrar las áreas de hospitalización de obstetricia y pediatría. Todo estará conectado.
Hospital de día pediátrico
Otra de las actuaciones previstas a corto plazo es la puesta en marcha del nuevo hospital de día pediátrico, que también se ubica en la cuarta planta. Su construcción costará medio millón de euros y, según el ICS, entrará en funcionamiento durante el segundo trimestre de este año.
Este hospital de día pediátrico pretende acoger a niños que llevan a cabo tratamientos de larga duración, y que no requieren de una hospitalización convencional. Duermen en casa y acuden al Joan XXIII para tratarse durante el día.
La gran pregunta
Según la hoja de ruta que marca la Generalitat para la construcción del nuevo hospital, la segunda y tercera fase del proyecto prevén la construcción de un nuevo edificio CORE –que funcionará como edificio principal, sustituyendo al B–, y el derribo del mismo edificio B. Entonces, la gran pregunta que se hacen trabajadores, sindicatos y pacientes es: ¿Por qué se están reformando tantos espacios del actual edificio principal, y por lo tanto, destinando una importante cantidad de recursos económicos, cuando en unos pocos años, el edificio principal será derruido y sustituido por otro? Los responsables del ICS aseguran que, pese a los avances en las obras del nuevo complejo, es necesario dar respuesta rápida a las peticiones de la ciudadanía.
El ICS apuesta por concentrar las unidades dedicadas a la salud de la mujer y de la infancia
La respuesta, según fuentes oficiales del Departament de Salut, es que «todo aquello que esté en marcha seguirá tirando adelante». Así pues, está claro que la primera fase del nuevo hospital está garantizada. ¿Y la segunda fase del proyecto? ¿Y la construcción del edificio CORE? Aquí no hay respuesta y sigue más viva que nunca la incertidumbre.
«Los presupuestos se prorrogan y no hay afectación en los compromisos establecidos. Se mantiene la hoja de ruta prevista», aseguran desde la Generalitat. Tampoco quieren entrar más al detalle.
Pese a ello, sindicatos, trabajadores y usuarios se muestran preocupados por el futuro del nuevo complejo sanitario. «Nos inquieta saber qué pasará. Este hospital debería haber crecido hace tiempo. Primero, por el número de población que atiende y, segundo, por ser el hospital de referencia del sur de Catalunya. No podemos esperar más. Nos va la vida en ello», dice Silvia Labodia Llop, portavoz del Grup de Treball en Defensa de la Sanitat Pública de Tarragona.
Por su parte, Marina Roig, del sindicato CATC-CTS, apunta a la importancia de dotar el equipamiento de la mejor tecnología y material. «Eso requiere de una inversión igual o mayor que la obra. Nos preocupa que no haya recursos para hacerle frente», acaba.
