La salida de los vehículos en los dos últimos partidos del Nàstic ha sido un caos. Más de una hora y media para salir del Nou Estadi, dicen algunos testimonios. El motivo es la falta de Guàrdia Urbana dirigiendo el tráfico en las inmediaciones de la Vall de l’Arrabassada. Esta es una de las consecuencias directas de la huelga encubierta que están llevando a cabo los agentes de la policía local desde hace unas semanas. Casi el cien por cien del cuerpo policial se niega a hacer horas extras hasta que el Ayuntamiento no les iguale sus condiciones a las de los Mossos d’Esquadra. Mientras tanto, la seguridad y la movilidad en los actos multitudinarios de la ciudad sigue estando en jaque.
En una situación normal, en un partido del Nàstic trabajan entre tres y cuatro patrullas de la Guàrdia Urbana ordenando la salida de los vehículos. A veces, incluso más, dependiendo de la afluencia del público. En cambio, la semana pasada, en el partido contra el Rayo Majadahonda, donde se registraron casi 9.000 personas, había solo una patrulla. Hace tres semanas, ninguna.
La consecuencia es un atasco enorme, que acaba con la paciencia de los asistentes. Desde el Nàstic, Jordi Ruiz, coordinador de la operativa en los días de partido, asegura que «estamos sufriendo la falta de agentes, sobre todo en las salidas. Las entradas se hacen un poco más escalonadas», y añade que «la Urbana aporta fluidez y orden. Da el paso y corta algunas calles para mejorar las salidas. En el momento que no están, la gente sale como puede, desordenada. Y entonces llega el caos».
Ruiz defiende que la reivindicación de la Guàrdia Urbana es «totalmente lícita, aunque acabe afectando al club y a los aficionados». El coordinador del match day asegura que «gracias a esta situación que vivimos, se ha puesto de manifiesto la importancia del trabajo que hacen los agentes. Cuando no están, se nota. Nos gustaría que volviesen».
El club hace periódicamente reuniones con los cuerpos policiales para diseñar los dispositivos en días de partidos. «La movilidad es uno de los factores imprescindibles para el buen funcionamiento del partido», dice Ruiz. El Nàstic ya ha comentado la situación a representantes del Ayuntamiento. «Nos dicen que es un problema interno y que están buscando la manera de poder solucionarlo», explica el coordinador.
La preocupación se centra ahora en el próximo partido en casa, el domingo 9 de junio, a las 19.45 h, cuando se celebrará la vuelta de la primera ronda del playoff de ascenso a 2a A. El Nàstic jugará contra el Ceuta, coincidiendo con el cierre de puertas de los colegios electorales –ese día hay elecciones europeas–.
«En los dos últimos partidos se han registrado entre 9.000 y 10.000 espectadores. El domingo día 9 de junio, se prevé llenar el Nou Estadi, con cerca de 14.000 personas. Esperemos que para ese día, la Guàrdia Urbana y el Ayuntamiento hayan llegado a un acuerdo y el tema esté solucionado», añade Ruiz.
Por su lado, fuentes oficiales de la Guàrdia Urbana aseguran que el dispositivo del pasado fin de semana «funcionó sin incidencias remarcables», y aseguran que todos los servicios, incluso los multitudinarios, se cubren con el servicio ordinario. «Los agentes realizan un esfuerzo para cubrir todos los actos, teniendo en cuenta que la prioridad es el mantenimiento de la seguridad ciudadana», explican desde el cuerpo.
Por su parte, el presidente de la junta de personal de la Guàrdia Urbana y delegado del sindicato CSIF, Amadeu Bartolí, lamenta la situación que se vive en las salidas de los partidos, pero insiste que es el resultado de la falta de personal que sufre el cuerpo. «Es verdad que se generan colas y caos, pero no hay peligro porqué hay señalización vial. Lo que está claro es que la circulación no es fluida, como si lo era cuando estábamos nosotros», dice Bartolí.
Los agentes reivindican que se igualen sus condiciones a las de los Mossos d’Esquadra
Según parece, las negociaciones con el Ayuntamiento están paralizadas desde hace días. A principios de esta semana, los sindicatos pidieron volver a reunirse con el alcalde para retomar las conversaciones y encontrar una solución al problema. «Buscamos un compromiso sólido por parte del gobierno», añade Bartolí.
El ‘decretazo’
En el caso de las elecciones, tanto las autonómicas del pasado 12 de mayo como las europeas del próximo 9 de junio, el alcalde de Tarragona, Rubén Viñuales, firmó hace unos días un decreto que obligaba a los agentes a cubrir la jornada electoral.
El problema se agravará en los próximos meses, cuando lleguen algunos de los acontecimientos o fiestas estrellas de nuestra ciudad, como son la verbena de Sant Joan o el concurso de fuegos artificiales. Son días en los que se espera una afluencia importante de gente, y en los que la presencia de la Guàrdia Urbana es clave para su buen funcionamiento.
Desde el Ayuntamiento insisten en que, si es necesario, se activará la ayuda de los Mossos d’Esquadra. Sin embargo, desde los sindicatos de la Guàrdia Urbana aseguran que el cuerpo autonómico sufre la misma falta de personal que ellos.
