Carlos, el hombre de 53 años detenido el pasado martes por el homicidio de su pareja, no quiere desvelar donde ocultó el cadáver de Mónica. Así lo aseguran fuentes policiales, quienes añaden que el individuo no está colaborando en la investigación.
Mónica de la Llana, más conocida como La Vasca, desapareció el pasado 20 de julio de 2022 en la Morera de Montsant. Lo último que se sabe de ella es que, horas antes de perderle la pista, discutió acaloradamente en un bar de Cornudella de Montsant con su pareja, Carlos, con quien mantenía una relación tóxica y tormentosa desde hacía unos meses. Tanto era así que Mónica grabó algunas de las conversaciones, en las que Carlos la amenazaba con «enterrarla viva» si repetía que le pegaba. En los áudio –a los que el Diari ha tenido acceso–, Carlos le decía a Mónica que sería su padre –ya fallecido– quien le pagaría una deuda. «¿Sabes porqué? Porqué tendrá la suerte de poder pagarte él», decía el presunto homicida.
Estos áudios demuestran el maltrato al que estaba sometida Mónica en los últimos meses. Esto, junto con algunas incoherencias en el relato y junto a las señales de los móviles de ambos, permitieron a los Mossos d’Esquadra poder detener al presunto homicida el pasado martes en Barcelona. El Juzgado de Instrucción de Valls ordenó su ingreso a prisión, comunicada y sin fianza. La causa está abierta por homicidio, ocultación del cuerpo y maltrato físico y psicológico.
Fuentes policiales aseguran que, durante las primeras declaraciones, Carlos no ha querido colaborar con la investigación. El pasado jueves, la unidad central de personas desaparecidas y la policía científica se desplazaron hasta la casa del presunto homicida, en La Morera de Montsant, para hacer una inspección ocular e intentar encontrar algunas pruebas que pudieran ser claves para la investigación.
La policía ha interrogado en varias ocasiones a Carlos, quien insiste en qué el pasado 21 de julio de 2022 acompañó a Mónica hasta la parada de autobús de Cornudella de Montsant, donde ella cogió un bus para ir a trabajar. El conductor no la recuerda y el entorno de la víctima asegura que ese día no trabajaba. Además, Mónica había quedado ese día con una amiga para comer en Reus. La amiga le mandó varios mensajes a los que ella nunca respondió.
Los Mossos creen que, después de una violenta pelea durante la noche, Carlos mató a Mónica y ocultó su cadáver en algún lugar. La casa donde habría ocurrido todo cuenta con un terreno de bastante superficie, cosa que hace sospechar que los restos de la Vasca podrían estar enterrados allí.
Por otro lado, otras fuentes cercanas a la investigación apuntarían a que Carlos habría acabado con la vida de Mónica en el interior de una caravana de un amigo, que ese día estaba ubicada en el terreno del presunto homicida. Una vez cometido el crimen, Carlos habría quemado el vehículo para hacer desaparecer cualquier resto biológico de la víctima.