Esta vez no fue un Milagro en Milán, como en la fantasía neorrealista italiana de Vittorio de Sica rodada en 1951, sino que se produjo en Bruselas, y formando parte del neorrealismo español. Ha sido un verdadero milagro que PSOE y PP se pusieran de acuerdo sobre el Consejo General del Poder Judicial.
Tras cinco años inacabables de acusaciones mutuas, los dos partidos principales, reunidos con un mediador en la capital belga, han dado por buena la sentencia de Baltasar Gracián: «Menos dañosa es la mala ejecución que la irresolución».
Pero tanto tardaba el acuerdo (dos mil días negociando) que el pueblo estaba tentado de aplicarles otro aforismo del pensador aragonés: «Son tontos todos los que lo parecen y la mitad de los que no lo parecen».
