Uno de los gegants más queridos en la ciudad de Tarragona vuelve a casa. Lo hace en el día de su cuarto aniversario. Durante esos años, infinidad de gente con capacidades diversas ha podido disfrutar llevando a la Frida, una geganta adaptada para que lo puedan pasear por las calles de Tarragona.
Este 9 de septiembre está de cumpleaños y se ha celebrado. Lo ha hecho con una fiesta que ha acabado en el Ajuntament, su nueva casa. Hasta ahora, estaba en el Centro Cívico de Sant Pere i Sant Pau.
El ambiente fue de alegría. No podía ser menos. Siempre para tu cumpleaños tiene que haber una. En la de la Frida, había más de 500 personas entre voluntarios, familiares y los verdaderos protagonistas, los portadores del elemento festivo. Todos ellos, como es debido, le cantaron el cumpleaños feliz.
«Su presencia mejora la calidad de nuestras fiestas. Ha provocado que las personas con discapacidad, además de ser espectadoras, sean protagonistas», comenta Rosa Mercadé, técnica de la Conselleria de Capacitats Diverses en el Ajuntament de Tarragona.
Se notaba la ilusión de todos los presentes. Sobre todo, de la primera persona que la ha llevado y la ha hecho bailar en el Balcó del Mediterrani, punto de partida de una desfilada que la llevó hacía el Ajuntament.
El corazón
Alrededor de la geganta se ha generado un movimiento muy importante y bonito. En solo cuatro años, ha hecho feliz a muchas personas con discapacidades cognitivas, físicas o sensoriales. Y lo más importante. Las ha hecho participes de las fiestas. En general. No solo de Santa Tecla.
«Hay personas que si no las acompañamos, no van», detalla Rosa Mercadé. En ese punto, es donde la Frida es primordial. Ella es el motivo para que vayan a las fiestas. Para que haya ese acompañamiento. La consellera de Capacitats Diverses, Elvira Vidal, define a estas personas como «el corazón de la Frida». Aunque sea un elemento inanimado, tiene vida gracias a estas personas que la llevan y que ya tienen un motivo para participar en las fiestas.
Y cuatro años son pocos. Solo con ver lo bien que se lo estaban pasando, ya se te viene a la cabeza cómo sería ahora mismo si celebrara, por ejemplo, quince. Pero lo importante, realmente, es que esté. Muchas felicidades, Frida. Y bienvenida a casa.