La realidad lo demuestra. Hace unos meses, el conjunto grana se quedaba a las puertas del ascenso en el último suspiro, en uno de los finales más crueles que ha escrito el fútbol español en los últimos años. Aquello fue un golpe tremendo para un proyecto que lo había hecho todo para ascender, pero que tardó muchos días en asumir que, en la vida, no siempre se obtiene lo que se merece.
Un nuevo comienzo
Sin apenas tiempo para el luto, la nueva temporada comenzó y el Nàstic se vio de nuevo inmerso en un mar de tiburones. Muchos otros equipos se habrían derrumbado, porque volver a empezar nunca es fácil cuando el pasado pesa. El riesgo era absolutamente real, y eso se interiorizó tanto en el cuerpo técnico, que permaneció intacto con Dani Vidal al frente, como en la plantilla, que sufrió retoques importantes, pero mantuvo varios pilares.
El gran desafío
Unos meses después, ya en la recta final de la temporada, con solo nueve jornadas por delante, el Nàstic puede terminar la fecha en la segunda posición de la clasificación. Lo conseguirá si derrota a la Ponferradina en el Nou Estadi Costa Daurada. Sería una inyección de moral para un equipo que necesita victorias como esa para terminar de creerse que este año sí va a escribir una historia con final feliz.
Para ello, el propio vestuario y la entidad tarraconense han encendido la llamada de su fortín. Ambas partes tienen claro que el partido ante la Ponferradina no son solo tres puntos: es una final anticipada por el playoff y, si los granas la ganan, darán un paso de gigante para estar en él. Por eso se ha hecho un llamamiento, y los seguidores tarraconenses han respondido.
Un estadio lleno de esperanza
Al cierre de esta edición, quedaban muy pocas entradas disponibles para el partido del domingo. Eso significa que, con casi total seguridad, se logrará la mejor asistencia de la temporada. En dos ocasiones, el Nou Estadi Costa Daurada ha superado la barrera de los 8.000 espectadores: ante la Cultural Leonesa (8.173) y el Barça Atlètic (8.042).
Ante la Ponferradina, todo apunta a que el fortín del Nàstic rebasará los 10.000 espectadores, dibujando un escenario espectacular para la ocasión y que intentará llevar en volandas a sus jugadores. Dani Vidal ya dejó clara la importancia de la afición a principios de semana con un mensaje en sus redes sociales que ha calado hondo:
«Luchemos para volver a vivir momentos como este, es el momento de todos, es el momento del Nou Estadi, os necesitamos».
Las bajas y el rival
El Nàstic acude al partido con las bajas de Alberto Varo, David Juncà y Pablo Fernández. La gran duda en el once reside en qué jugador será el escogido para actuar en la doble punta de ataque junto a Antoñín Cortés. Álex Jiménez es el recambio natural, pero Marc Fernández, Jaume Jardí, Roberto Torres o Gorostidi también podrían jugar.
Por otro lado, la Ponferradina llega al Nou Estadi en segunda posición, pero con la moral tocada tras caer por 0-1 ante el Lugo en la fecha pasada. Los de Javi Rey quieren vencer o al menos mantener el average, ya que en la primera vuelta vencieron por 2-0.
Un estadio, un sueño
Esta mañana, el Nou Estadi será más que un estadio, será un refugio de sueños compartidos, una ola de pasión que unirá a jugadores y seguidores en busca de un objetivo común. Los grana, liderados por su afición, saldrán al campo con la fuerza de un pueblo que nunca se rinde.