La Associació de Promotors de Catalunya (APCE) ha dado a conocer su estudio anual sobre la oferta de vivienda de nueva construcción en Catalunya, el cual pone de manifiesto que, a pesar del incremento de promociones iniciadas en el último año, la oferta existente todavía está por debajo de las necesidades reales del mercado. Durante el año pasado las comarcas tarraconenses registraron 1.146 viviendas iniciadas, si a esta cifra se le suman los datos correspondientes a las otras tres demarcaciones deja un total de 16.311 promociones iniciadas en Catalunya, lo que queda lejos de las cerca de 25.000 que se estiman oportunas.
«A pesar del incremento del 8% respecto a 2021, la situación es de un déficit que se va acumulando y tensiona más el mercado», decía el presidente de la APCE, Xavier Vilajoana. De hecho, hay otras dos cuestiones que hacen que ahora mismo el factor precio esté en el foco de atención. El primero, según alertaba el representante de este organismo en Tarragona, Daniel Roig, hace referencia a la disponibilidad de suelo para la nueva construcción. «Estamos edificando en solares que se urbanizaron hace quince o veinte años, lo que acabará encareciendo más la vivienda porque habrá escasez de oferta», decía.
El segundo aspecto es el que tiene que ver con el incremento del coste de las materias primas, a causa de la inflación. «Los precios de venta no pueden bajar, tan solo podemos subirlos si los costes siguen disparándose a estos niveles», añadía Roig. De momento, el sector asegura que todavía no se ha trasladado en los precios finales de venta, ya que muchas de las operaciones se atan sobre plano. No obstante, si que puede verse que esta variable podría decirse que se ha estabilizado a costa de una reducción de la superficie media de las viviendas de nueva construcción.
Es el caso de la ciudad de Tarragona. En 2021 el precio medio de la vivienda de nueva promoción era de 317.082 euros, para una superficie media de 92 metros cuadrados. Ahora esta última se ha reducido hasta los 84,5 metros cuadrados, lo que ha permitido la media del precio, mientras se ha disparado el valor del metro cuadrado, que ha subido un 16,3% en el último año, hasta llegar a los 3.627,8 euros.
En Reus también se da un fenómeno similar, aunque en este caso la reducción de la superficie media todavía es más pronunciada –pasando de 124,2 metros cuadrados de media a 97,6–, lo que deja el precio por metro cuadrado en 2.304.7 euros.
De las 81 nuevas promociones que se impulsaron durante el año pasado en el conjunto de la demarcación, el peso lo sigue teniendo la vivienda plurifamiliar en bloques tanto abiertos como cerrados (92,3%), mientras que el peso de las casas apareadas es del 6,9% y las viviendas unifamiliares aisladas del 0,9%. En cuanto a las tipologías, principalmente tienen tres habitaciones y dos baños (45,3%) y, en menor medida, dos habitaciones y dos baños (16,8%). En cambio, la demanda de pisos de una sola habitación «ha perdido pistonada», según Vilajoana, quien apuntó que «ya no hay el paso intermedio de piso pequeño a familiar».
Los datos de la Associació de Promotors de Catalunya también evidencian que en la demarcación de Tarragona hay dos realidades muy diferenciadas. Por un lado, la costa con los principales núcleos de población del ámbito central, donde el turismo y el peso de la segunda residencia generan un dinamismo. Este es totalmente inexistente en las comarcas de interior, donde en algunos casos hace años que no se ha iniciado ninguna nueva promoción, y hay un estancamiento poblacional. «La gente joven que quiere quedarse no encuentra vivienda en la que entrar a vivir», decía Roig.
Finalmente, la asociación ponían de manifiesto que en los últimos quince años prácticamente no se ha construido vivienda protegida en las comarcas de sur de Catalunya. «Lo que se ha hecho es anecdótico», decía Roig, quien apuntaba que los «promotores privados no podemos afrontarlo, porque no hay un retorno de la inversión».