Tarragona fue la única provincia catalana en la que el año pasado bajó el precio del alquiler de los pisos y la quinta de todo el Estado. Según el informe anual de precios de alquiler del portal pisos.com, con una media de 6,25 €/m2, y un descenso del 8,76%, nuestra provincia fue la más económica de Catalunya, por delante de Barcelona (14,17 €/m2), Girona (7,26 €/m2) y Lleida (6,65 €/m2). Además, y siempre hablando a nivel provincial, este informe de pisos.com también revela que el precio medio de los alquileres de Tarragona, estuvo el año pasado muy alejado de los 12,18 €/m2 de Catalunya y los 10,49 €/m2 de España.
La tendencia a la baja de los alquileres en la provincia de Tarragona no solo contrasta con las subidas a nivel catalán y estatal, sino que también lo hace con los precios con los que cerraron el año algunas ciudades de nuestra demarcación como la propia capital Tarragona (8,2 €/m2 y un incremento del 7,1%), Reus (7,8 €/m2 y un ascenso del 11,8%) o El Vendrell (8,2 € m2 y una subida del 13,8%), según el portal inmobiliario Idealista.
Estas subidas de precios de los alquileres van en la línea de lo que está ocurriendo en toda España. Adrià Margalida, responsable de alquileres de la inmobiliaria Hàbitat de Tarragona, reconoce que «me cuesta creer que la media del precio del alquiler de pisos en la provincia de Tarragona sea de 6,25 €/m2. Puede ser que sea así porque en la zona de Terres de l’Ebre los precios sean muy bajos por la mucha oferta y poca demanda que hay, porque en la ciudad de Tarragona, que es donde trabajamos nosotros, los precios han subido y son muy altos». Esta teoría estaría más que justificada si observamos que, al cierre del año pasado, Tortosa tenía un precio de 6,29 €/m2, con un descenso del 14,3% respecto a 2021, según publica Idealista.
Subida de precios
Este agente de Hàbitat explica que «en septiembre de 2020, con la entrada en vigor de la ley que limitaba los precios de los alquileres, estos bajaron un poco, entre un 10% y un 15%, hasta marzo de 2022, cuando el mercado volvió a ser el de renta libre después de un recurso presentado en el Tribunal Constitucional. En este año de aplicación de la ley, muchos propietarios decidieron vender sus pisos. Esto, unido a la elevada inflación, ha provocado un aumento de los precios de los alquileres, a precios iguales o más altos incluso que hace tres años. Ahora mismo, en Tarragona ciudad se están alquilando pisos de 65 m2, con dos habitaciones y ascensor, por 600 euros al mes».
Adrià Margalida achaca este encarecimiento de los alquileres a varios motivos. «Tenemos una escasa oferta y mucha demanda. Además, Tarragona es una ciudad muy demandada. Y, por último, a los propietarios de los pisos también les han aumentado las hipotecas, los gastos inmobiliarios, los impuestos, etc.».
César García Calatayud, de Fincas César y tesorero del Col·legi d’Agents de la Propietat Immobiliària de Tarragona, coincide con su colega de Hàbitat en que, aunque a nivel provincial, los precios hayan bajado, «en general son elevados y en Tarragona ciudad han crecido. El problema es que no hay oferta y si no hay una oferta pública consistente no hay manera de que bajen los precios».
A pesar de algunas medidas regulatorias del precio, por parte de las administraciones, García Calatayud tiene claro que «la única forma de bajar el precio del alquiler es saturando el mercado de oferta. Existe una bolsa de inmuebles de grandes fondos de inversión que habría que poner en el mercado de alquiler. Porque poner un tope del 2%, al final acaba recayendo en el más débil, que es el propietario pequeño».
Para Ferran Pont, director de Estudios de pisos.com, «la presión que está experimentando este mercado es muy importante, ya que mucha oferta se está retirando, mientras que la demanda de inquilinos cada vez es mayor. Además, las medidas para contener los precios desaniman a los propietarios y se vuelven contraproducentes».
Dificultades
El Diari ha podido reunir el testimonio de dos jóvenes que viven de alquiler en Reus y que han coincidido a la hora de explicar las dificultades que han tenido para encontrar una vivienda que satisficiese sus necesidades y a un precio asequible.
Elena Pedrola reconoce que «en el círculo de gente de mi edad que conozco, y que vive de alquiler, soy de las que ha tenido suerte. Conseguí el alquiler de este piso por contacto privado y fue muy bien. Es un piso de 4 habitaciones y pago 580 euros al mes, gastos aparte. Pero otros que vi, a través de agencia, que eran muy pequeños (2 habitaciones) y con muy poca luz, me pedían unos 500 euros. También me ofrecieron pisos de 3-4 habitaciones por 700-800 euros».
Elena añade que «es muy complicado encontrar alquileres de pisos baratos y, cuando hay, enseguida vuelan. Los precios son muy elevados y dificultan que la gente joven se pueda independizar. Cuando lo hice, hace seis años, me fui de alquiler a un piso de 300 euros. Eso mismo, dos años después, pedían 450 y ahora 500».
Laia Martínez se ha encontrado en una situación similar. En abril del año pasado se instaló de alquiler en un piso de Reus, «Hasta entonces vivía de alquiler en Salou, pero trabajo en Reus y tener que coger el coche cada día me comportaba mucho gasto en gasolina».
Después de varios meses de búsqueda, esta joven encontró un piso que satisfacía sus necesidades. «Me costó encontrar lo que quería porque hay poca oferta y mucha demanda, sobre todo de pisos de alquiler para una persona. Los que veía eran muy caros (600 euros), pero o eran tipo loft, o estaban en edificios antiguos y las condiciones no eran muy buenas. Además, al ser la mayoría en el centro no tenían parking y tenía que buscarme uno, por lo que el precio se disparaba todavía más. Está claro que, con lo que cobras, no puedes asumir los altos precios de los alquileres», comenta Laia Martínez.