La empresa de patinetes eléctricos de alquiler Reby ha sustituido todos los vehículos que tenía desplegados por Tarragona por un nuevo modelo que se adapta a las demandas del Ayuntamiento para poder renovar la licencia para operar en la ciudad. Así, los nuevos scooters van equipados con intermitentes, se puede regular su velocidad, llevan baterías intercambiables 100% reciclables y, además, se paran al detectar que se circula por una acera o una zona peatonal.
Se trata de algunas las peticiones que el Departament de Mobilitat del Ayuntamiento de Tarragona ha hecho a las dos empresas que actualmente operan en la ciudad –Reby y Bird– para renovar el convenio entre ambas partes. Se trata de una serie de medidas que el consistorio ha definido con el objetivo de aumentar la seguridad de este tipo de movilidad sostenible, y que se suman a la modificación de la Ordenança de Convivència i Ús dels Espais Públics que obliga a todos los usuarios de patinetes eléctricos a llevar casco.
Cristina Castillo, confundadora de Reby, señala que «nos gusta estar en Tarragona y trabajaremos conjuntamente con las instituciones para conseguir el equilibrio que necesita la ciudad. Además, con el despliegue de nuestro modelo V2 de patinetes, nos adaptamos a los nuevos requerimientos que nos piden desde el Ayuntamiento de Tarragona, en un ejercicio de mostrar nuestro compromiso con la ciudad y que éste repercuta de forma positiva, así como ofrecerle una mejor experiencia a todos nuestros usuarios». Asimismo, la responsable de la firma catalana de micromovilidad asegura que «la implementación de los intermitentes, las baterías intercambiables, así como el sistema de identificación del documento de identidad en el momento de crear el perfil de usuario en nuestra aplicación, es un claro ejemplo de la sensibilidad que mostramos ante la seguridad de nuestros usuarios, puesto que siempre trabajamos para aplicar toda la tecnología disponible para lograrlo».
Otra de las peticiones del Ayuntamiento a las empresas de patinetes para la renovación del permiso era la implementación de matrículas en todos y cada uno de los vehículos para que, en caso de infracción, fuera más fácil identificar al usuario por parte de la Guàrdia Urbana. El hecho es que esta demanda sigue en pie pero, según Castillo, desde Mobilitat todavía están acabando de definir como tendrá que ser este elemento identificativo, es decir, cuestiones como el color, número de cifras, etc. El caso es que, una vez decidido, tanto Reby y Bird como las firmas que entren a operar en la ciudad a partir de ahora, deberán incorporarlo.
Vehículos reubicados
Con todo, desde Reby aseguran que los vehículos que formaban la antigua flota desplegada por Tarragona serán reubicados en otra ciudad. «Una de las críticas que recibe el transporte compartido es el corto tiempo de vida que poseen los vehículos. Desde Reby seguimos trabajando para acabar con este problema, con el objetivo de alargar significativamente la durabilidad de nuestros vehículos», comenta finalmente Castillo.