Ayer fue el primer día de votaciones para escoger al futuro rector o rectora de la Universitat Rovira i Virgili de Tarragona. Los estudiantes, el personal docente e investigador (PDI) y el personal de administración y servicios (PAS) pudieron participar en los comicios desde las 10 h., y hasta mañana a la misma hora, en unas elecciones en que las votaciones son completamente electrónicas por primera vez. En el Campus Catalunya había ayer alumnos y trabajadores que ya habían ejercido su voto y otros que, aunque todavía no habían encontrado el momento, ya tenían claro su candidato favorito para convertirse en la máxima autoridad para los próximos cuatro años.
Blanca Ferré, responsable de la gestión de la producción científica del CRAI (Centre de Recursos per l’Aprenentatge i la Investigació), explicaba que «todavía no he votado, pero ya tengo claro a quién escogeré». Asimismo, consideraba que «la campaña ha sido muy interesante porque al haber tres candidatos el debate ha sido más rico, pues ha habido cierta competencia que les ha obligado a preparar mejor sus programas». Ferré, que lleva 30 años trabajando en la universidad, manifestaba que la URV ha cambiado mucho durante este tiempo, y cree que una de las mejoras principales que debe materializar la institución es la estabilización de los puestos de trabajo: «Tenemos un nivel de personal que no está consolidado, hay mucho personal eventual y en el CRAI tenemos la necesidad de ofrecer un horario muy amplio a costa, a veces, de no poder compaginar todas las necesidades, aunque hacemos nuestro trabajo lo mejor que podemos pese a la falta de recursos».
Por su parte, tres estudiantes de segundo del grado de derecho, Paula, Claudia y Paula, defendían que la votación en línea «es un puntazo» porque «si lo hicieran presencial no votaría ni la mitad de la gente, mientras que por Internet es muy cómodo, lo puedes hacer en el móvil y desde donde quieras». En cuanto a los déficits de la universidad, lamentaban que «está pensada para la gente que hace las clases por la mañana, y nosotras, que las hacemos por la tarde, no podemos ir a muchas actividades que organizan, como charlas, conferencias o castells. Creemos que deberían hacer algunas por la mañana o ya sobre las 19 o las 20 h., cuando nosotras acabamos».
Otra de las quejas más comunes entre la comunidad universitaria es el precio del parking. Sobre esto, Roger Ribas, estudiante de tercero de enfermería, criticaba que «llevamos tiempo pidiendo que la tarifa sea más barata, pues somos de los pocos campus que pagamos por aparcar». Finalmente, Jesús Seco, auxiliar de Serveis, explicaba desde la conserjería que «la universidad tendría que mirar más por sus trabajadores, incluyendo los de rango más bajo, como el conserje». En este sentido, cree que «las condiciones tienen que ser las mismas para todo el personal y queremos que haya algún mecanismo que nos permita promocionar a otros puestos». Seco, que ya tenía claro a quién votar, lleva trabajando en la URV desde el 1985.
Un total de 18.497 personas están llamadas a votar en los comicios. Por primera vez son tres los catedráticos y catedráticas que optan a ser la máxima autoridad académica durante los próximos cuatro años: María José Figueras, catedrática de Microbiología, que se presenta para la reelección; Mercè Gisbert, catedrática en Tecnología Educativa; y Josep Pallarès, catedrático de Tecnología Electrónica. Éstos últimos se presentan por primera vez, pero ya habían sido miembros del consejo de dirección en anteriores mandatos. La votación es electrónica, también por primera vez, y la urna en línea es accesible desde la página web de las elecciones con las credenciales que se utilizan para entrar en los servicios digitales de la universidad. En el CRAI también se ha habilitado un ordenador para poder votar. Las votaciones se cierran mañana a las 10 horas y, tras el recuento de votos, se hará público el resultado en un acto en el Paraninf del rectorado.
