Mañana comienzan las elecciones para escoger al rector/a de la Universitat Rovira i Virgili durante los próximos cuatro años. Aunque no hay que llamarse a engaño; el impacto de estos comicios en el territorio van mucho más allá de la simple elección de la máxima autoridad académica de una universidad, tal como ha confirmado la intensa campaña electoral. Valga recordar, por ejemplo, que la URV es, con diferencia, la institución que emplea a más personas en el territorio (3.176 según recoge la Guía de Excelencia Empresarial que edita el Diari). Así pues nos hemos arriesgado a identificar cinco de los retos que le tocará asumir a quien resulte electo/a.
1. Financiación
Los problemas de financiación de la universidad, que este año cumple 30 años, han sido, como cabía esperar, uno de los puntos destacados de la campaña y en el que los tres candidatos han mostrado un acuerdo absoluto.
Para iniciar las transformaciones que hacen falta se necesitan más recursos, coincidían en todos los foros María José Figueras, catedrática de Microbiología que se presenta a la reelección; Mercè Gisbert, catedrática en Tecnología Educativa, y Josep Pallarès, catedrático de Tecnología Electrónica.
Según los datos que aportaba el Consell de Govern de la universidad, el presupuesto de la institución para este año es de 116.798.515,29 euros, lo que supone un incremento del 4,72% respecto al año pasado. El gasto de personal es la partida con mayor peso del presupuesto, del 78,94%, con un total de 81,32 millones de euros; lo que deja poco margen para otras inversiones.
En cuanto a los ingresos, la universidad cuenta con tres fuentes: la transferencia de la Generalitat (80,32 millones de euros), los ingresos de matrícula (25,61 millones de euros) y los ingresos de carácter específico (13, 78 millones de euros). Si la URV mantiene el peso actual en el nuevo modelo de financiación de la Generalitat, se prevé un incremento del 5,8% de la transferencia.
El reto consiste en conseguir la implicación de las administraciones, pero también explorar nuevas formas de atraer recursos y gestionarlos.
2. Alumnado
La pandemia ha tenido un impacto profundo en el alumnado de un alcance todavía por descubrir, por lo que habrá que insistir en el acompañamiento psicológico. Esta fue, de hecho, una de las preguntas formuladas a los candidatos en el debate organizado por el Consell d’estudiants.
Hay que tener en cuenta, además, que la universidad tiene una tasa por encima de la media catalana en lo que se refiera a alumnos becados, lo que habla, de partida, de una situación socioeconómica más desfavorable de las familias.
A modo de ejemplo y sin tener en cuenta otras ayudas, valga decir que durante el curso pasado un 34% de los alumnos de grado y un 13% de los de máster, tenían una beca del Ministerio de Educación y Formación Profesional.
Pese a todo, el número de alumnos ha subido. La matrícula de grado en el curso actual (el 2021-22) creció en un 2,7% respecto al año anterior. La matrícula de máster también se incrementó en un 7,7%. Este curso también se recuperó la presencia de alumnos de máster internacionales que había descendido con la covid. Actualmente representan el 33,25% del total.
Uno de los retos, sin duda, será revisar la tasa de abandono; un esfuerzo a emprender conjuntamente entre la institución y los centros donde se imparte bachillerato y formación profesional. De los 2.940 alumnos que ingresaron a un grado en el curso pasado; 420 (el 14,3 %) no se volvieron a matricular en la universidad en el curso actual y 61 (el 2,1%) cambiaron de estudios.
En lo que se refiere al empleo, tener estudios universitarios sigue siendo un valor a la hora de encontrar trabajo. Según un estudio propio de la universidad el 70% de los titulados consigue un empleo acorde con su formación entre los primeros tres y seis meses de haber terminado los estudios. El reto consiste no solo en acompañarles en la búsqueda de empleo, sino de conseguir que sea de calidad, algo complicado teniendo en cuenta la precariedad del mercado laboral, en especial para los jóvenes.
3. Personal
Según los datos del Ministerio de Educación solo el 28,51% de los profesores de la URV es ‘permanente’, es decir, es funcionario o tiene un contrato fijo (curso 2019 -2020).
El estudio de la Fundación Conocimiento y Desarrollo, publicado el año pasado, destaca, además, que es la universidad catalana con menos profesores permanentes. Y también se queda muy lejos del conjunto de las universidades españolas, donde el 54% del personal docente es permanente.
Se trata de un reto estrechamente ligado a la financiación, algo en lo que coinciden los tres candidatos, aunque cada uno plantee formas distintas de solucionarlo.
También muestran acuerdo en que la plantilla de personal de administración no está dimensionada a las necesidades actuales de la universidad, tanto en número de trabajadores como en los perfiles que se necesitan.
Respecto a igualdad de género, los datos del Observatori de l’Igualtat de la universidad muestran una mayor presencia de mujeres a la URV en todos los colectivos: estudiantes, docentes-investigadores y administración cuando se compara con el sistema universitario público tanto de Cataluña como de España. No obstante, las desigualdades de género persisten cuando se trata del ascenso profesional y la participación en los lugares de liderazgo y toma de decisiones. En 2019 las mujeres ocupaban solo el 28% de las cátedras. En cuanto al PAS el colectivo es mayoritariamente femenino, pero también está poco representado en los cargos de dirección.
4. Infraestructuras
En materia de infraestructuras, lo primero en la lista, tal como reconocen los tres candidatos, es la Facultad de Educación y Psicología en el Campus Sescelades. La idea inicial era construir un nuevo edificio, pero el proyecto se paralizó en 2019 porque no estaba garantizado el presupuesto para construirlo.
El planteamiento actual es una rehabilitación del edificio que se hará por partes para no interrumpir la actividad: comenzará en 2023 y debería acabar en 2025. En total serán 5,1 millones, pero sigue quedando pendiente la construcción de la nueva sede.
En segundo término está la construcción de la nueva Facultad de Medicina en el Campus Bellisens de Reus, también congelada. El ayuntamiento de esa ciudad adjudicó en diciembre pasado los estudios previos. Son el primer paso para buscar el financiamiento que permita la construcción.
5. Proyección
Actualmente la universidad ofrece 61 grados y 53 máster, pero la realidad apunta a que en un futuro los estudios deberán ser más permeables. Tocará, además, ahondar en el contacto con las empresas y administraciones del territorio con vistas a las transformaciones que sufrirán los sectores que hasta ahora han sido los grandes empleadores. Cabrá, además, posicionar a la universidad como un sitio para aprender a lo largo de la vida laboral.
Para seguir aportando al territorio los candidatos coinciden en la necesidad de conseguir atraer y mantener talento en investigación, una tarea que, reconocen, es muy complicada ahora mismo con las condiciones que la institución tiene para ofrecer a los investigadores.
El desafío además, es dar visibilidad internacional a la universidad. Toca aprovechar plataformas como la red de universidades Aurora, de la que la URV comenzó a formar parte en 2019, una alianza en la cual participan 11 universidades europeas.
El rector/a electo deberá también aglutinar voluntades empresariales y de la administración para grandes proyectos de territorio, como la Vall de l’Hidrogen Verd y el proyecto del Área 5G del Camp de Tarragona y Terres de l’Ebre.
En resumen, los retos no son pocos y éste es apenas un abreboca en base a algunos de los titulares de la campaña.