María José Figueras Salvat (Tarragona, 1956) es la primera mujer al frente de la URV. Catedrática de Microbiología de la Universidad Rovira i Virgili, es especialista en microscopía electrónica, contaminación microbiológica del agua y taxonomía bacteriana. Ha sido asesora de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Comisión Europea.
En lo personal está casada, «mi marido me ha apoyado desde el minuto cero, he podido llegar a todo gracias a él», tiene dos hijos y espera el cuarto nieto.
Aunque apenas tiene tiempo para practicarlas, cuenta que tiene aficiones muy variadas: colecciona pequeñas conchas marinas, cose, hace libros de fotos para su familia, diseña joyas...
La semana próxima, del 23 al 25 de mayo, se celebran elecciones a rector/a de la URV. La de Figueras, quien aspira a revalidar el cargo, es la última de una serie de tres entrevistas a los candidatos.
¿Por qué se presenta?
Porque tengo un proyecto muy ambicioso. En el primer período hemos llegado casi a un 95% de las acciones que queríamos hacer, y otras no las hemos podido iniciar. Dos años de pandemia han hecho que nos tuviéramos que concentrar mucho en la gestión. Ahora lo que queremos es consolidar retos como el modelo de plantilla que hemos hecho, que es una hoja de ruta para aumentar el personal a medida que tengamos recursos.
¿Qué haría para acabar con la precariedad del personal docente?
Aunque es una cifra modesta hemos aumentado en cinco las plazas de profesorado a tiempo completo. Hemos encarado el relevo generacional; en el caso de los doctorandos hemos puesto 100 plazas sobre la mesa incluso con presupuestos prorrogados... Hemos trabajado en las plazas de lector, personas que esperaban desde hace años para ser catedrático. No hemos podido llegar a todos; hay gente acreditada desde 2018 que aún espera, pero cuando llegamos había gente que esperaba desde 2013... Nuestro principal planteamiento es una exigencia a la Generalitat de Catalunya y al gobierno central para que a las universidades nos eliminen la tasa de reposición, es decir, las personas que podemos contratar cuando otras se jubilan... Para la supervivencia de la universidad lo que hemos tenido que hacer cuando una persona se jubilaba y no podíamos poner una plaza permanente era colocar profesorado asociado. Eso no ha comenzado con este mandato, el problema viene desde la crisis del 2008. Ahora tenemos el modelo a punto para que cuando tengamos el presupuesto estabilizar rápido a nuestro personal. Lo que necesitamos es la gasolina. El número ideal que hemos visualizado de profesorado que nos faltaría son unas 80 plazas a tiempo completo.
¿Faltan recursos económicos? ¿Qué haría para conseguir financiamiento?
Este mandato lo primero fue reconocer que el dinero para proyectos había bajado progresivamente. ¿Qué hicimos? Nuestro vicerrector de investigación potenció el unir a diferentes personas que ya estaban en la casa trabajando para buscar proyectos y los colocamos en una oficina que ha estado haciendo acompañamiento a todo el profesorado que ha querido pedir proyectos europeos. Esto ha hecho que aumentáramos exponencialmente el número de proyectos; hemos pedido muchos más y hemos recuperado mucho más dinero... Otro ejemplo: la visualización que hemos tenido de las tesis que hemos producido ha hecho que le Gobierno, de fondos Next Generation, nos haya mandado 5,5 millones ad hoc a la URV para tres programas de personal.
En infraestructuras, ¿cuáles serían sus prioridades?
Mi prioridad son 90 millones de euros, de los cuales me gustaría tener 20 para trabajar con la Facultad de Educación y Psicología; ahora estamos en un proyecto que está en fase de ejecución que tiene un importe 5,5 millones de euros que es de adecuación del antiguo edificio, pero si dispusiéramos de 20 o 25 millones podríamos emprender el nuevo... La siguiente prioridad estaría en la facultad de Medicina, valorado en unos 30 millones.... Pero ya hemos conseguido una ayuda FEDER para construir el estabulario de la Facultad de Medicina y eso ha pasado en este mandato. Hemos invertido 7 millones en equipos en utillaje científico.
¿Se está en capacidad de atraer y mantener el talento en investigación?
De mantenerlo, no; no tenemos recursos ni para hacer las promociones del profesorado que está acreditado para ser catedrático... No obstante, en la atracción todavía podríamos trabajar un poco. En plazas de personal investigador predoctoral en formación acabamos de recibir 3,3 millones de euros para el programa Investigo, que podría involucrar 43 plazas de investigadores nuevos. El problema es que nos pagan los dos primeros años y tenemos que pagar el tercer año; tenemos que poner encima de la mesa 1,5 millones, pero es una relación coste beneficio muy buena... Más recientemente hemos hecho una apuesta por ir a buscar a los investigadores que tenían becas europeas de alto nivel en Reino Unido y que con el brexit tienen un plazo para salir. Estamos identificando a los que trabajan en ámbitos del conocimiento en los que tenemos grupos de investigación para que se puedan unir a ellos. También buscamos a los que son de nuestra área y quieran volver a casa.... Y hemos atraído a tres profesores ICREA que vienen financiados al 100%... Pero al final es un asunto de talonario, como el Barça con sus jugadores.
¿El personal de administración está dimensionado en número y capacitación a las necesidades de la universidad?
No, nuestra plantilla se dimensionó hace unos 12 años cuando no teníamos ni los grados ni los masters de ahora ni las competencias que hemos asumido con los años... El trabajo lo hemos ido asumiendo por la voluntad de las personas... Nuestra reclamación es una reclamación al gobierno que nos debe compensar este crecimiento vegetativo y si no nos dotan de recursos llegaremos a un colapso que no nos podemos permitir. No obstante, la consellera y el President nos han dicho que van a cumplir con el Pacto Nacional para la Sociedad del Conocimiento y en 2023 por primera vez por fin tendríamos aumento en el presupuesto de personal. Tenemos esperanza.
Muchos jóvenes están decidiendo qué estudiar. ¿Qué haría para convencerles de que se queden en la URV?
Poner en valor que nuestra universidad es una universidad muy prestigiada. Lo conseguimos con el ejemplo de estudiantes que se han ocupado en las empresas de nuestro territorio y que cuentan su experiencia. Luego tenemos estudiantes que han visualizado algo que solo tenemos nosotros. Por ejemplo, me emocionó mucho cuando conocí a un estudiante de Barcelona que se había inscrito en nuestro máster de ingeniería química porque tenemos el premio Messer, en el que el estudiante ganador disfruta de un año contratado como trabajador en la empresa. Este chico vino y logró su objetivo que era tener el premio.
La formación que se está ofreciendo, ¿les prepara para conseguir empleo?
Esto lo medimos. Los últimos datos que tenemos dicen que un 86% de los alumnos de grado está trabajando a los seis meses después de terminar; este porcentaje aumenta a 89% en los de máster y 96% en los de doctorado... Además hemos recuperado después de la pandemia el foro de la ocupación. Es una iniciativa heredada que funcionaba y que hemos potenciado. Vienen empresas de todos los sectores a nuestros campus a hacer entrevistas con nuestros estudiantes.
¿Falta más relación con la empresa para conocer sus necesidades?
Nunca es suficiente, si dijéramos que lo es seríamos poco ambiciosos... Una de nuestras características es que somos de las pocas universidades públicas catalanas que tiene tantas empresas a su alrededor para dar soporte a las prácticas de su estudiantado. Las universidades de Barcelona tienen que competir entre sí.
¿En qué áreas del conocimiento debería trabajar la universidad de cara al futuro?
El primer punto está clarísimo y ya hemos puesto el pie delante; es una enseñanza que se puso en marcha este año y a la que otros equipos habían puesto un freno: la ingeniería física y matemáticas. La base de la inteligencia artificial reside en las matemáticas, no tenemos estudiantes parados en este ámbito, lo que necesitamos es que se deje ampliar nuestra plantilla para poder tener más estudiantes.... Otro grado que pondremos sobre la mesa es de igualdad y políticas de igualdad, esto es una necesidad. Es una ocupación de futuro.
Después del acelerón que supuso la pandemia, ¿la universidad realmente ha asumido el reto de la digitalización? Especialmente en la docencia.
Hemos creado un vicerrectorado de transformación educativa que conlleva la digitalización. Hemos hecho un salto cualitativo y cuantitativo. Ahora tenemos aulas bien dotadas y este es un beneficio colateral de la pandemia. Ahora prácticamente cualquier aula esta equipada. Esto ha hecho por ejemplo que 11 másters que solo eran presenciales ahora se dicten también a distancia. Esto ha venido para quedarse.
Si además de la comunidad universitaria pudieran votar los ciudadanos de la demarcación, ¿por qué tendrían que votarle a usted?
Les diría me conocéis, me habéis visto actuar durante cuatro años defendiendo proyectos para el territorio. Hemos sido un núcleo impulsor de la Vall d l’Hidrogen Verd. Esta movilización del gobierno que estuviera con nosotros, con Enagás, Repsol, la Asociación empresarial química, el Port de Tarragona, con la ATM con la Diputación, todos los institutos de investigación... Nunca habíamos tenido un precedente así, si somos capaces de hacer esto podemos triunfar en muchas otras cosas. Y estamos generando conocimiento en el territorio, muchos de nuestros estudiantes son la primera genera- ción que va a la universidad.
Un momento en la universidad que recuerde con especial cariño.
El día de la elección fue increíble, habíamos luchado con mucha ilusión y lo recordaré toda mi vida. Salir fuera y ver a mi hijo con un cartel que decía ‘Enhorabuena mamá’... Y también con la Vall de l’Hidrogen Verd, cuando conseguimos que todo el mundo se desplazara a nuestro Palau de Congressos. Fue un orgullo ver aquella foto y pensar ‘esto lo ha conseguido nuestra universidad con tantos apoyos’.