Los recorridos de las líneas de autobús municipal L20 (barrio Immaculada) y L60 (Hospital) cambiaron este pasado 1 de enero. El objetivo –según anunciaron desde el Ayuntamiento de Reus el pasado diciembre– era hacer los itinerarios más directos hacia el centro de la ciudad, ahorrando así tiempo de ruta y consolidar los 2,5 millones de pasajeros de 2023. Los vecinos, aun así, muestran cierta contrariedad con el asunto: desde la asociación vecinal (AV) del barrio Immaculada expresan, por ejemplo, que están «indignados, porque las rutas dan más rodeo» y desde la AV 1º de Mayo, que abarca la zona de Mas Pellicer, destacan que «preferíamos los trayectos antiguos, que ya iban bien, y hablamos tanto por los jóvenes como las personas mayores que cogen el autobús a diario».
Nada más conocer los cambios de la L20, apunta la presidenta de la AV del barrio Immaculada, Esperanza Torrijos, «empezaron a llegarnos quejas de los vecinos por el grupo que tenemos de mensajería instantánea, están preocupados y en pie de guerra». Los mensajes aludían a lo mencionado anteriormente: «Se quejan de que no hay retorno, el trayecto de llegada es distinto al de salida y para llegar al centro de Reus se hace un recorrido casi turístico, porque se invierte alrededor de una hora».
Otra de las preocupaciones de los vecinos de dicho barrio es, según la representante vecinal, que «la combinación para llegar al CAP de Sant Pere se hace más complicada». «Los mayores que acuden más a menudo a realizarse analíticas a primera hora de la mañana tendrán que madrugar mucho para poder llegar al entorno del centro sanitario, optaríamos por la disposición de ruta anterior, pues han quitado paradas imprescindibles», insiste Torrijos.
La intención de la entidad vecinal es poder reunirse con la concejalía competente de la administración local o, en su defecto, con la consejera delegada de la empresa municipal de Reus Transport, Marina Berasategui, «para transmitir nuestras inquietudes» y siempre con la voluntad de llegar a un acuerdo.
Por otro lado, el presidente de la AV 1º de Mayo, Eduardo Navas, expresa que el nuevo itinerario de la L60 «supone un cambio que los vecinos tienen que interiorizar, pero no entendemos que, si ya funcionaba lo antiguo, por qué cambiarlo».
Actos incívicos repetidos
Navas comenta, en otro orden de cosas, que «volvemos a tener roto el cristal de una de las marquesinas del barrio, la de la parada de autobús de delante de la parroquia de Sant Josep Obrer, en la calle de Mas Pellicer, nada más entrar al barrio por la avenida de Bellissens». El acto incívico «va repitiéndose nada más arreglarse el cristal». De todo ello, ya se hizo eco el Diari el pasado mes de noviembre y, por entonces, el presidente de la asociación vecinal ya apuntó que «siempre son las mismas personas» quienes vandalizan el mobiliario público y ahora recalca que «si no se hace nada en cuanto a seguridad, seguirá pasando».