Así se reformará el Museu d’Art i Història de Reus

El equipamiento tendrá pantallas y se abrirá hacia la Llibertat, y su interior se acondicionará. Aunque la planificación se dividió en dos fases, las obras arrancarán sincronizadas en 2025

11 octubre 2023 22:40 | Actualizado a 12 octubre 2023 07:00

El Museu d’Art i Història de la plaza de la Llibertat avanza en la planificación de una reforma integral para «ponerse en el siglo XXI en cuanto a continente y contenido».

El Ayuntamiento ha empezado a preparar la intervención, presupuestada en cerca de dos millones y que se perfila en dos fases. Una de ellas afecta al vestíbulo y la fachada, cuenta con un estudio previo y atraviesa el proceso de elaboración del proyecto, que será el primero en quedar redactado. Es la más vistosa y busca «abrir el Museu hacia afuera», tal como apunta el concejal de Cultura, Daniel Recasens.

La otra fase, la de mayor alcance pero menos llamativa, acondicionará el edificio en aspectos como instalaciones, suelos o accesibilidad para albergar la museografía, las exposiciones. En este caso, está previsto que en pocos días se publique la licitación para redactar el respectivo proyecto. Las últimas actuaciones de relevancia en el equipamiento se habían llevado a cabo hace más de dos décadas, sobre los años 1999 y 2000.

Las obras de reforma integral del Museu d’Art i Història empezarán en 2025, si no hay contratiempos que condicionen el calendario. Y «serán sincronizadas». Es decir, se ejecutarán a la vez las dos fases, ya que «la afectación es generalizada», señala Recasens.

Durante su transcurso probablemente deba programarse una pausa en las visitas. En 2024, «se empezará el trabajo de preparación y desmontado», indica el director del Museu de Reus, Marc Ferran, y recuerda que «se trata de piezas delicadas».

Sobre el vestíbulo, Recasens especifica que, con la remodelación, se pretende «acercar la cara, el lugar de entrada del Museu, a la plaza, y hacerla mucho más visible. El edificio tiene un punto de oculto».

Pendientes de la fórmula definitiva, la idea es «nivelar el Museu, convertirlo en algo mucho más diáfano y que llegue hasta la Llibertat». Actualmente, «el vestíbulo tiene una especie de entrada entre paredes para acceder al mostrador». Con las obras, se generará allí «una pantalla que proyecte, pero que igualmente haga de barrera para el viento y funcione de distribuidor que obligue a hacer un cierto circuito».

Además, «habrá taquillas, un espacio diáfano en el que realizar actividades o ponencias y una tienda de recuerdos». La configuración de la tienda no será fija, sino que se podrá modificar –una opción es estructurarla en módulos– para adaptarla, por ejemplo, a eventos culturales que tengan lugar en la ciudad.

En el exterior del edificio, «se ubicarán elementos que indiquen que allí está el Museu, que permitan identificarlo», expresa Ferran, que señala que «también se resolverá la accesibilidad rebajando parte del suelo y reduciendo la pendiente de entrada». «Todo consiste, en definitiva, en reconvertir la entrada y el primer espacio, y contemplar la vertiente pedagógica que cada vez gana más peso», concluye Recasens.

La reforma del Museu d’Art i Història se planteó por fases considerando el impacto económico que podría representar, pero una enmienda de ERC a los presupuestos del Estado apuntala el despliegue. La intervención se ha previsto «por necesidad de supervivencia y porque el Museu tiene un potencial muy bestia», valora Ferran.

Y Recasens añade que «la disposición actual es muy de finales del siglo XX y creemos que tenemos un patrimonio artístico y museográfico actual al que, así, no podíamos sacar todo el partido. El Museu es un referente en el país pero no tiene en la ciudadanía ese mismo impacto que sí tiene técnicamente. No se le ha hecho ninguna actuación y, por lo tanto, esta tocaba».

Objetivo: mejorar la experiencia

«Tenemos un patrimonio muy top, pero el espacio está muy envejecido, no se corresponde con lo que debería ser y no permite trabajar bien, plantea límites y obstáculos», explica el concejal de Cultura, Daniel Recasens, sobre el estado del Museu d’Art i Història de la plaza de la Llibertat. De ahí que la reforma integral que se aplicará al equipamiento persiga «poner en valor el peso específico del patrimonio y sacarle el máximo partido posible».

Y es que, en estos momentos, «hacer algunas cosas en el Museu es más costoso porque no está preparado, es de los años 60 y no tiene las instalaciones actualizadas. Esto dificulta la labor del día a día», indica el director del Museu de Reus, Marc Ferran. Y Recasens precisa que «es poco atractivo para todo lo que hay hoy en día a la hora de mostrar lo que tenemos».

Alrededor de 30.000 personas al año visitan el conjunto de museos. El dato para el Museu d’Art i Història se acercaría a 20.000. Con la remodelación, «esto se puede multiplicar» y «una parte importante la darán las escuelas, que es uno de nuestros principales ejes como referente de aprendizaje».

En este sentido, Recasens precisa que «aunque la cantidad de visitantes es una cifra que nos permite fijar dinámicas, tampoco es lo único a tener en cuenta». Y explica que «nos interesa incrementar ese dato, pero no es solo una cuestión de números sino que también es muy relevante la experiencia museística, que hoy no se ajusta a la que nos gustaría que fuese».

«Últimamente, hemos incorporado visitantes ligados a cuestiones de salud o de la tercera edad», subraya Ferran, que destaca la utilidad social.

Los museos suman en su conjunto entre 15.000 y 16.000 piezas, aproximadamente, sin contar las fotografías ni una parte importante de la arqueología que no está catalogada.

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