El sector turístico de la Costa Daurada arrancó el puente con la previsión de superar el 80% de ocupación. La anhelada desestacionalización todavía está lejos pero el hecho de que las temperaturas agradables se mantengan también en octubre hace que en este puente, nuestra zona siga siendo atractiva para los turistas, como viene ocurriendo en los últimos años.
Destacan los mercados español, británico y holandés, y esto me lleva a recordar que hace una década la promesa de futuro era el mercado ruso, amante en aquel entonces del turismo cultural, las pieles y las compras caras, por decirlo de forma simple y resumida (aunque seguro que también incompleta).
Cómo han cambiado las cosas desde entonces... Y ahí seguimos. La provincia de Tarragona quiere atraer visitantes más allá de los meses más calurosos y ‘vender’ que como territorio tenemos mucho más que ofrecer. En ello estamos. Y lo primero es que haya oferta de alojamiento los 365 días del año, como reconocen desde el propio sector. Tenemos riqueza cultural, somos referentes comerciales, contamos con un entorno natural espectacular, ofrecemos una gastronomía envidiable y lucimos grandes joyas patrimoniales.
Pero cuesta. Cuesta mucho lograr la anhelada desestacionalización. Turismo de negocios y turismo deportivo son apuestas ya de presente que pueden ayudar a darle la vuelta definitiva. Y es que, no nos engañemos, el clima tampoco es un hándicap. Los inviernos aquí no son gélidos, que digamos, y el revulsivo de PortAventura también ayuda.
Las nuevas conexiones mediante la alta velocidad ferroviaria -si es que algún día llegan- para completar lo que tenemos ahora, seguro que serán decisivas para conseguir al fin este objetivo compartido.