No hace tantos años que el trasiego de carros y animales para trabajar el campo era una estampa habitual en las calles de Vila-seca. Hoy, la celebración del día del patrón, Sant Antoni, se ha convertido en la ocasión perfecta para rememorar y poner en valor aquellas raíces agrícolas.
Los Tres Tombs (galería de fotos) han vuelto a sacar este miércoles a la calle a cientos de vecinos y vecinas que han visto de cerca una cuarentena de caballos, ponis, burros y mulos y una quincena de carruajes históricos llegados desde diferentes puntos de la demarcación. Un viaje al pasado que recuerda la Vila-seca de hace unas décadas y que refuerza los lazos de la Festa Major d’Hivern con el mundo del caballo.
La lluvia escampó justo a tiempo para la salida de los Tres Tombs, puntualmente a las 12 del mediodía. Un año más, la Banda Sones de Pasión de Reus abría el desfile con el sonido de los tambores, cornetas y trompetas. A continuación, la imagen de Sant Antoni de los Amics del Cavall de Vila-seca, precedía a la quincena de carretas y carruajes y el medio centenar de equinos que han recorrido las calles del municipio.
Desde la avenida Generalitat, los participantes se dirigieron hasta el barrio del Colomí, pasando por delante del Castell, el Celler y el Mercat Municipal, para posteriormente dirigirse hacia la Rambla de Catalunya y la plaza de Països Catalans.
En la avenida Ramon d’Olzina es donde se congregó un mayor número de espectadores, justo antes de emprender el tramo final del recorrido, que se hace desde hace años a una única vuelta.
Entre los participantes, había carruajes originales llegados de diferentes puntos del Camp de Tarragona. La mayoría eran de Valls, la ciudad referente de los Tres Tombs, pero también de otros lugares como Alcover, Vilaverd o Calafell.
No han faltado los carros cargados de herramientas, un molino de cereales, barriles de vino, cajas de comestibles o unos troncos de grandes dimensiones. Todos ellos perfectamente tematizados y tirados por unos equinos ornamentados al detalle.
En esta ocasión, la bendición de los animales que cierra los Tres Tombs no se celebró delante de la iglesia de Sant Esteve, como suele ser habitual. Para evitar que los animales resbalaran con el suelo mojado, se ha modificado el tramo final del itinerario con un giro desde la calle de la Font hacia la Riera, donde el sacerdote ha bendecido a todos los participantes y a las decenas de mascotas que acercaron los vecinos.