Una embarcación pesquera del Port de la Selva (Alt Empordà) capturó accidentalmente un ejemplar de tiburón peregrino (Cetorhinus maximus) de más de siete metros de longitud y más de una tonelada de peso.
El escualo quedó enredado en las redes de tipo trasmallo del barco y, a pesar de los esfuerzos del pescador por liberarlo y trasladarlo al puerto, el tiburón falleció. El tiburón peregrino (Cetorhinus maximus) es un impresionante gigante marino que puede alcanzar hasta 12 metros de longitud y pesar más de 9 toneladas. Este tiburón se caracteriza por su enorme boca abierta, que utiliza para filtrar plancton y pequeños peces mientras nada lentamente por la superficie del mar.

Los Agents Rurals se desplazaron al lugar y activaron a técnicos de la Fundación CRAM, quienes realizaron biometrías del animal y tomaron muestras para su estudio.
El tiburón peregrino es una especie protegida, considerada el pez más grande del mar Mediterráneo y el segundo más grande del mundo, solo por detrás del tiburón ballena. Se trata de un animal filtrador que se desplaza con la boca abierta por la superficie, alimentándose de plancton y pequeños peces.

El cazón que llegó a la orilla
Este incidente se suma a otro ocurrido recientemente en la playa de L’Arrabassada de Tarragona, donde apareció un tiburón tintorera de aproximadamente dos metros de longitud en febrero.
El animal fue avistado por bañistas cerca de la orilla y, a pesar de los intentos por devolverlo al mar, acabó muriendo. Los Agents Rurals acudieron al lugar tras ser alertados por un ciudadano.
Estos sucesos han generado preocupación entre los expertos sobre el estado de conservación de estas especies y la necesidad de reforzar las medidas de protección en el Mediterráneo.