La comisión de estudio de la nueva ordenanza de terrazas sigue avanzando. Ayer tuvo lugar la segunda reunión entre los diferentes grupos municipales para seguir actualizando las diferentes alegaciones de cada uno de ellos a la normativa antigua, con el objetivo de conseguir una ley «consensuada», según defiende la concejal de Domini Públic, Cinta Pastó. De hecho, un nuevo proceso participativo –ya se realizó uno antes de la covid– permitirá también poner al día las demandas y peticiones de vecinos y empresarios respecto al nuevo reglamento. Cabe recordar que esta comisión quedó paralizada con la llegada de la pandemia, y con los decretos excepcionales del consistorio que permitían a los bares y restaurantes ampliar el espacio público utilizado y eximían a los negocios de pagar la tasa de ocupación. Esto, para que pudieran hacer frente a las dificultades sufridas por las restricciones de aforo durante la crisis sanitaria.
Al fin y al cabo, la renovada ordenanza quiere ser el marco que aglutine las diferentes casuísticas surgidas a raíz de la pandemia y que a día de hoy recogen los diferentes decretos y que dificultan la comprensión de la norma. En este sentido, la base sobre la que se trabaja actualmente es el edicto anterior, así como el proceso participativo que recogía las inquietudes de la ciudadanía de antes de la covid. Unas inquietudes que se actualizaran con un nuevo proceso el próximo mes de enero, en el que tanto los vecinos como empresarios podrán decir la suya.
No escapa de nadie que, por un lado, los peatones reclaman una ordenanza que regule el espacio que ocupan las terrazas y que se preserve una amplitud determinada que permita circular. A su vez, los restauradores lucharán por poder instalar tantas sillas y mesas como sea posible. Lo mismo en cuestiones de horarios. Y es este equilibrio el que debe encontrar la concejalía de Domini Públic con la nueva normativa. Su responsable, Cinta Pastó (ERC), defiende que en la elaboración de la ordenanza debe primar el «consenso» y el «sentido común». «Nuestro objetivo como equipo de gobierno es claro e inequívoco: conseguir una nueva ordenanza que asegure el máximo consenso, la máxima convivencia, la máxima participación ciudadana y el mejor equilibrio posible entre el carácter regulatorio de la ordenanza y la flexibilidad que exige la gestión diaria de este tema».
Sobre esto de la flexibilidad, Pastó sostiene que «como hemos visto con la pandemia, vivimos en una sociedad y en un entorno en constante cambio, con lo que necesitamos una regulación que se pueda adaptar ágilmente a cada situación».
En relación al calendario, en enero se reanudarán los encuentros de la comisión de estudio. Pastó no descarta que la nueva ordenanza esté terminada en mayo, es decir, antes de las elecciones y de que acabe el actual mandato del equipo de gobierno de la Plaça de la Font. «No tenemos miedo que la nueva normativa pueda tener un coste electoral, pues se elaborará con sentido común», señala. Sea como sea, Pastó concluye que «quizás avance más lentamente de lo deseado, pero será sobre una base sólida para que no quede obsoleta en un futuro próximo».
