La escena, con escasas variaciones, se repite a diferentes horas del día: la ampliación del Parking Torroja, inaugurada en marzo del año pasado, permanece semivacía. A modo de ejemplo basta con ver las imágenes que acompañan la noticia y que fueron tomadas en diferentes momentos del martes de esta semana. Mientras la parte superior, la antigua, está ocupada, en las inferiores apenas hay coches.
La imagen cuadra con las cifras. La ocupación media diaria del aparcamiento estuvo en el 32% entre julio y noviembre del año pasado. Hay que tener en cuenta que aquí también se cuenta a los abonados, unos ochenta.
Si se revisan los datos día por día dentro de esos cinco meses, la ocupación apenas aumentó los fines de semana. Los días de mayor ocupación media fueron el 12 de octubre, que el año pasado cayó en sábado, (47,71% de ocupación) y los de las fiestas de Santa Tecla, en particular el 22 de septiembre (60,9%). Los de menos afluencia fueron en pleno verano: el 15 de julio y el 20 de agosto (21,5%). En los picos de afluencia nunca se ha llegado al 100%.
La ampliación del parking, que aumentó su capacidad en 185 plazas hasta llegar a las 325 actuales, costó 1.794.452,35 euros, de los cuales 1,2 provenían de fondos Next Generation.
Uno de los motivos de esta baja ocupación estaría en el precio. Aparcar aquí cuesta lo mismo que en los otros siete aparcamientos gestionados por la Empresa Municipal de Transports Públics de Tarragona, EMT: 0,049 euros por minuto y una tarifa máxima diaria de 5,95€. Todo con la salvedad de que seis de estos aparcamientos son techados y otro, el de Bastos, pese a ser de superficie, cuenta con una zona de sombra.
Aparcamiento de autobuses
La baja ocupación ha sido fuente de no pocos enfrentamientos entre el equipo de gobierno y el grupo de ERC, que ha llevado al consistorio varias iniciativas para convertirlo en un parking disuasorio de un euro al día.
En este sentido Sonia Orts, concejala de Mobilitat y presidenta de la EMT, reconoce que la ocupación es «baja», pero argumenta que «lo que hemos hecho es heredar lo que en su momento concibió el gobierno de Esquerra Republicana, que Torroja fuera un parking municipal más. Ahora, por coherencia, todos los parkings de la ciudad tienen el mismo precio».
A Xavi Puig (ERC), anterior concejal de Mobilitat, le parece que el equipo de gobierno no se atreve a hacer el cambio por una cuestión de simple «orgullo» porque «lo racional es hacer cambios cuando las cosas no funcionan».
Orts explica, no obstante, que se están buscando alternativas para aumentar el uso de este aparcamiento. La más inmediata será que los autobuses turísticos y similares que vienen de fuera de la ciudad y que ahora aparcan en la Avinguda de Catalunya o en la Vía Augusta, estacionen aquí.
Explica la concejala que se ha hecho un estudio y se ha comprobado que los autobuses pueden entrar. La idea es que carguen y descarguen pasajeros en el Torroja por un precio que todavía se está por determinar. La medida servirá, por una parte, para aumentar la utilidad del aparcamiento y, por otra, para descongestionar de tráfico calles de la ciudad que el año que viene pasarán a formar parte de la Zona de Bajas Emisiones, ZBE, dice la concejala.
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Por otra parte, Orts insiste en que el Ayuntamiento y el Arquebisbat tiene bien encaminadas las conversaciones para hacer el parking de El Roqueral «que ese sí será disuasorio y por un euro al día».
¿En peligro los Next Generation?
Puig advierte, no obstante, que si no se aumenta la ocupación del Torroja podría haber consecuencias económicas para la ciudad más allá de la de tener el equipamiento semivacío.
Se refiere al contrato de obras firmado por el Ayuntamiento en junio de 2022. En el mismo se establecen unas metas de ocupación: 40% del 1 de febrero de 2024 (aunque finalmente no abrió hasta marzo) al 30 de julio de 2024; 50% del 1 de julio al 31 de diciembre de 2024; 60% del 1 de enero al 30 de junio de 2025 y 70% del 1 de julio a 31 de diciembre de 2025.
Aunque los datos de los cuales se dispone solo abarcan de julio a noviembre del año pasado, resulta difícil pensar que se llegara a la meta del 50%, que correspondía a esas fechas.
Puig asegura que estas metas se colocaron porque en su momento parecían asumibles, pero en caso que haya una inspección los fondos Next Generation podrían peligrar. Desde la EMT, sin embargo, aseguran que estas metas «no son una cláusula de incumplimiento de contrato y, por tanto, los Fondos Next Generation no están comprometidos».
Los vecinos piden soluciones
La baja ocupación del Torroja coincide, además, con un momento de descontento entre los vecinos de la Part Alta por los cambios en las zonas de aparcamiento en un área donde históricamente escasean las plazas.
Joan Anton, uno de los miembros de la plataforma que se está constituyendo alrededor de las quejas vecinales, no entiende que exista un parking casi vacío tan cerca de una zona con tal necesidad, «es de risa que un formalismo no permita darle salida a todo esto».
Considera, además, que falta información, en especial para quienes vienen de fuera de la Part Alta. Una medida a tomar, propone, sería colocar carteles, por ejemplo, en el Portal de Sant Antoni que disuadan a los vehículos de entrar «y que sepan que tienen un parking a solo 200 metros».
Nuria Plana, otra vecina, lo califica de «indignante». Dice ser consciente de las peculiaridades de vivir en un casco antiguo, pero no entiende que, con las dificultades que hay para aparcar, en Torroja haya tantas plazas vacías y «que se inviertan recursos públicos y que los vecinos no podamos aparcar».
l Fue la ocupación media del aparcamiento entre julio y noviembre del año pasado. Los días de Santa Tecla fueron los de mayor afluencia.