El Club Deportivo La Floresta ha apartado a un miembro del cuerpo técnico del cadete B –concretamente, el segundo entrenador– por, presuntamente, tener conversaciones y pedir fotografías de carácter explícito a menores miembros del equipo. El club ha elaborado un comunicado para informar a los padres. En total, han llegado a identificarse hasta una quincena de casos, según indica al Diari un miembro del club.
En dicho documento, se indica que, el pasado jueves 3 de abril, el club se vio obligado a activar el protocolo de actuación frente a la violencia sexual, que la Federació Catalana de Futbol (FCF) pone a disposición de los clubs desde hace un año para este tipo de situaciones.
El caso se destapó a través de una madre
El primer caso que salió a la luz fue gracias a la denuncia de una madre que fue a comunicar a la directiva que hay un entrenador del club que se dedica a pedir fotografías a menores de edad y a dar pie a conversaciones fuera de lugar.
Según afirman desde la propia entidad, no se le habría enviado a esta persona ningún tipo de foto y tampoco se habría dado ningún caso de agresión sexual.
Una vez que se enteró el presidente, Pablo Pedro González, y el conjunto de la junta fue informada del primer suceso, se apartó a la persona acusada de todas sus funciones del club y, en consecuencia, se le despidió de la entidad. Posteriormente, con el protocolo ya activado, se llevó a cabo una reunión con los padres del equipo implicado para informarles de lo sucedido y saber si era un caso aislado o se habían producido más.
Los Mossos lo investigan
A lo largo de este pasado fin de semana, han surgido nuevos casos, llegando hasta la quincena, motivo por el cual se ha informado a todos los padres del club. Algunos de los testimonios recopilados son incluso externos a la entidad: de otros clubes, de personas que habían formado parte de La Floresta en el pasado y de gente que no está vinculada al club.
El caso ya ha llegado a los Mossos d’Esquadra, que han abierto diligencias –aunque a fecha de esta mañana, no había registrada ninguna denuncia de los hechos– y lo investigarán.
Fuentes consultadas afirman que las familias han puesto la información a disposición de abogados y que la intención es presentar una denuncia.
El acompañamiento a los menores
Manoli Villarino es una de las fundadoras de la Associació Families Abusos Sexuals Infantils Tarragona (AFASIT). Comenta que «normalmente, lo que viene después de pedir fotos es la demanda de contacto físico».
«Si bien la violencia sexual online ya deja secuelas sobre el adolescente, porque son imágenes que él o ella ha mandado, y que luego pueden ser usadas como chantaje sin saber dónde han acabado ni quién puede verlas, cuando ya hay un contacto físico, el impacto es muchísimo mayor, tanto a nivel físico como psicológico», comenta.
Desde AFASIT, Villarino comenta que «hay un gran impacto en la salud mental de los menores: la mayoría de las víctimas presentan depresión, trastornos de ansiedad, y viven en una constante alerta, con una sensación de peligro que forma parte del trastorno de estrés postraumático».
De ahí también surgen conductas como pensamientos suicidas, intentos de suicidio, autolesiones o trastornos de alimentación. Muchas víctimas están muy desconectadas de las necesidades de su propio cuerpo: «Sienten asco por él, y las autolesiones a veces las hacen porque no sienten nada y necesitan sentirse vivas, o porque no pueden sostener el dolor emocional», analiza.
«Siempre digo que detrás de los abusos sexuales en la infancia hay mucho trabajo de recuperación. No es un tema que pueda desaparecer fácilmente. A veces, ni siquiera puede desaparecer del todo. Pero sí se pueden adquirir herramientas para vivir con tu historia, aceptarla con el menor sufrimiento posible, siempre que haya un buen acompañamiento psicológico y terapéutico», comenta.
Desde AFASIT, se lleva a cabo un acompañamiento emocional, terapéutico y psicológico, además de talleres grupales de diferentes edades y también para los familiares. En ocasiones, también se da apoyo a nivel judicial.