La presidenta del Grup Impulsor del Àrea Metropolitana de Tarragona, Noemí Llauradó (ERC), intenta capear la primera gran crisis del futuro organismo territorial.
Después de que este jueves el Diari de Tarragona informara de la petición que el Ayuntamiento de Tarragona ha realizado al Gobierno Central para ubicar en la Horta Gran la futura estación intermodal –ahora prevista en el término municipal de Vila-seca, en el entorno del Aeroport de Reus–, el consistorio vilasecano ha anunciado –mediante un comunicado del alcalde Pere Segura (Junts) a la Diputació– que, temporalmente, la administración municipal suspende su participación en los grupos de trabajo del Àrea Metropolitana «hasta que no se recupere el clima de confianza y generosidad».
Posteriormente, el alcalde de Tarragona, Rubén Viñuales, se ha reafirmado en su posición, al criticar que la intermodal prevista en Vila-seca «está planificada en medio de la nada», y que sería repetir «el error» de la estación de Alta Velocidad de La Secuita-Perafort.
En medio de todo este temporal, la presidenta de la Diputació, Noemí Llauradó, defiende que los municipios del Grup Impulsor del Àrea Metropolitana (Tarragona, Reus, Vila-seca, Salou, Cambrils, Valls, La Canonja y Constantí» son «plenamente soberanos» para «tomar sus decisiones, sean las que sean».
Pese a ello, Llauradó enfatiza que «la confianza y el consenso son valores fundamentales» de este primer grupo impulsor, cuyo objetivo es que el territorio vaya de la mano en los grandes temas estratégicos y de los servicios del día a día.