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«Estamos en marzo y todavía no sabemos cuántos días podremos pescar»

Los pescadores denuncian incertidumbre porque será el Estado quien, a finales de año, decidirá a quien otorgar más días de pesca

21 marzo 2025 11:07 | Actualizado a 22 marzo 2025 07:00
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Desesperados. Así es como se sienten los pescadores de Tarragona. «Estamos a finales de marzo y todavía no sabemos cuántos días podremos salir a pescar», explica Tomàs, un pescador del Serrallo, quien asegura que la incertidumbre a la que están sometidos es ya insostenible. La Comisión Europea, tras unas duras negociaciones, resolvió que los pescadores del arrastre del Mediterráneo podrían salir a faenar un máximo de 130 días este 2025, siempre que cumplan con una batería de medidas. La más importante, cambiar las mallas de pesca por unas con agujeros más grandes.

Los pescadores se quejan ahora de que el número de días de trabajo no está claro. «En el BOE pone que son 128 días. Sin embargo, nos consta que el Estado podrá otorgar más días, dependiendo de si se cumplen o no otras medidas de mejora», explican desde la Confraria de Pescadors de Tarragona, quienes añaden que «como cada año, no lo sabremos hasta octubre o noviembre». Los pescadores tienen miedo de que llegue el mes de diciembre, durante la campaña de Navidad, y ya no les queden días para pescar. «¿Se imaginan abrir un negocio y que no sepan cuántos días al año pueden trabajar? Esto es lo que nos pasa a nosotros», explica otro pescador.

Esta incertidumbre lleva a que los pescadores amarren las barcas –es decir, que no salgan a faenar– a la mínima que hace mal tiempo. Como por ejemplo, esta semana y la pasada. «Si vemos que hay un poco de temporal, ya no salimos. Preferimos gastar los días que sean más provechosos», dice Antonio, otro pescador. El colectivo es prudente y prefiere reservarse los días. El miedo que tienen es que, a finales de año, abran los cupos y entonces no habrá servido para nada tanta prudencia. Además, cabe recordar que cada jornada que no salen a la mar es un día sin ingresos.

Esteve Ortiz, presidente de la Confraria de Pescadors de Tarragona, se muestra más optimista: «Hace unos días, nos reunimos con el director general de Pesca Sostenible, Ramon de la Figuera, y nos aseguró que están trabajando para que no ocurra más esto, que intentarán organizarlo mejor para que los pescadores puedan trabajar con una mayor planificación. Veremos si lo acaban cumpliendo y no se queda en una promesa».

Todos piden ayudas

Tal como se acordó a finales de año, los pescadores del arrastre del Mediterráneo podrán salir a pescar poco más de cuatro meses al año. Parecen pocos días, pero la cosa podría haber sido peor. La propuesta de la Comisión Europea era que solo pudieran faenar un máximo de 27 días. Tras unas duras negociaciones, se decidió mantener los 130 días, siempre y cuando se cumplan con medidas que contribuyan a una pesca sostenible. Los pescadores ven injusto este recorte, teniendo en cuenta que llevan cinco años siguiendo a rajatabla el plan plurianual impuesto desde Europa para regenerar el mar Mediterráneo.

La medida más importante que pone como condición la administración para poder trabajar 130 días al año es utilizar una malla con los copos (la parte final) más grande. Pasar de 40 mm que se utiliza ahora a 45 mm para el arrastre y 50 mm para la gamba. El Estado se comprometió a subvencionar el 100% de los cambios de malla. En el caso de Tarragona, la totalidad de las embarcaciones –unas 25– han pedido la ayuda, que no cobrarán hasta septiembre del año que viene.

La instalación de puertas voladoras era otra de las medidas impuestas por Europa. En este caso, no hay casi ninguna embarcación que haya solicitado la ayuda, ya que este año se subvenciona el 75% y se rumorea que el año que viene será el 100%. Estamos hablando de costes de hasta 60.000 euros –15.000 las puertas y entre 30.000 y 40.000 los aparatos que se necesitan para su instalación. «¿Qué barca hoy en día puede gastarse esta cantidad?», se preguntan los pescadores.

«Yo no quiero subvenciones, yo lo que quiero es que nos dejen trabajar tranquilos y no nos traten como delincuentes», dice Manel, otro pescador.

En mayo empieza la veda

Tarragona es uno de los puertos que más días de veda biológica hace. Ya hace años que paran un total de tres meses por voluntad propia y con el objetivo de que el mar tenga tiempo a regenerarse. Pese a ello, para las administraciones parece que no es suficiente. «Lo que más rabia nos da es que nos sigan restringiendo los días, cuando está más que demostrado que el mar está en un buen momento», acaba el presidente de la Confraria.

Este año, la flota de Tarragona parará mayo y junio, en julio se reincorporará, y en noviembre volverá a hacer veda. Este parón representa dejar de tener ingresos durante tres meses. Algunos años, la veda se ha subvencionado, pero, a la mínima que la barca tenga una multa sin pagar, la ayuda desaparece.

En La Ràpita

En el caso de la Ràpita, el secretario de la Confraria de Pescadors, Joan Balagué, explica que será la totalidad de las 31 barcas de arrastre rapitenses las que pedirán la ayuda para solicitar las mallas selectivas. «Estamos esperando la convocatoria de Madrid. Ya hay una propuesta de bases para solicitarla, pero aún no está publicada», detalla al ‘Diari’.

Sin embargo, la ayuda de puertas voladores va a ser mucho menos demandada. De las 31 embarcaciones, sólo una ya la ha solicitado a la Generalitat. «De puertas voladoras no hay tanta demanda porque dependen más de la zona. Aquí los que la han probado no han notado una gran mejora pesquera. Actualmente sólo una trabaja con ellas», precisa Balagué. -marina pallàs

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