Resignación entre los usuarios en la estación de trenes de Tarragona este lunes por los retrasos acumulados a lo largo de la mañana, un día después de que se desconvocara la huelga de maquinistas. Sergi Martínez es uno de los viajeros que lleva más de dos horas esperando. Viene de l’Aldea y ha bajado a Tarragona para tomar un tren hacia Reus y asistir a una feria de turismo. “Es molesto y cansado esperar tanto tiempo para llegar a los sitios”, ha afirmado. Los convoyes de la R15, así como los regionales hacia Madrid o Valencia, han acumulado retrasos de entre una hora y treinta minutos. Francesc Aixalà, otro usuario que venía de Barcelona, ha explicado que su tren ha salido con 40 minutos de demora. “Con Renfe no se puede prever nada”, ha lamentado.
Sergi Martínez ha señalado que desde L’Aldea hay pocos trenes y que salen cada dos horas. Esto, sumado a los retrasos de la jornada, ha complicado su movilidad y le ha hecho llegar tardísimo a la 2ª edición de Turismarket, una feria que se celebra en Reus. “Me supone que los comerciales tengan que esperar, un coste extra”, ha lamentado.
También viene de l’Aldea Andreu, que en su caso se dirige a Vic para estudiar. Aunque ha tomado la R16 con dirección a Barcelona a la hora prevista, también se ha quejado del funcionamiento habitual de Renfe. “Tenemos un tren cada tres horas, si va con retraso necesito casi cinco para llegar a mi destino”, ha asegurado.
Sofía Gutiérrez es otra pasajera que ha esperado con resignación su tren. Ella es de Zaragoza y habitualmente utiliza el regional que va hacia Madrid para volver a casa. “Salía a las 10:12 h y se retrasa hasta las 11 h, me supone perder tiempo de estudio”, ha afirmado. La joven ha subrayado que nadie le ha dado explicaciones y ha reclamado que se avise a los pasajeros mediante un mensaje al móvil o por correo. “Voy mirando las pantallas y estoy atenta a la megafonía, pero si no lo estás, te lo pierdes”, ha dicho.
Francesc Aixalà ha viajado desde Barcelona. Su tren estaba previsto para las 8:50 h, pero no ha salido hasta las 9:30 h. “En dirección Girona pasaban muchos, hacia Tarragona no venía ninguno”, ha señalado. Como está jubilado, esperar no le supone un problema, aunque reconoce que es un “inconveniente” para la gente que trabaja. “Con Renfe no se puede prever nada, cuando no es una persona que se tira a las vías, es un autobús que no está, siempre te encuentras con historias”, ha concluido.
