El aeropuerto de Reus despertó ayer repleto de usuarios y respirando ya cierta normalidad tras el apagón digital mundial del viernes. Se intuyeron aún los coletazos del fallo informático de Microsoft. En este inicio de fin de semana, fue realizando la mayoría de check-in sin incidencias, con alrededor del 90% de registros exitosos, aunque todavía hubo alguno que tuvo que resolverse de forma manual. Son los coletazos de una jornada de verdadero caos. Y es que el restablecimiento al completo de los sistemas requerirá su tiempo y todavía va a tardar unos días.
También se registraron retrasos y la cantidad de personas en espera, cargadas de paciencia o deambulando por el recinto, fue considerable. En salidas, hubo tres vuelos anunciados con demora. Según figuraba en el panel informativo, fue el caso de los que iban hacia Manchester, Glasgow y Dublín.
De hecho, los pasajeros que fueron facturando maletas en dirección este último destino, formaron una larga cola que tardó algo más de media hora en reducirse. «Hemos tenido que esperar, pero al menos estamos aún de vacaciones, no hay prisa», comentó una pareja de pasajeros al Diari.
Otros, aunque no querían aportar comentarios, simplemente mataban el tiempo, ya fuera en el exterior comiendo algo o hablando sentados encima de su maleta, también consultando horarios por el móvil.
El colectivo de taxistas, por otro lado, también lució músculo, por decirlo así, pues estuvo preparado y en marcha para todo aquel turista que llegaba y solicitaba sus servicios.
En la mañana de ayer, hubo de 38 taxistas operativos y algunos de ellos resumieron a este medio cómo fue la tarde y noche de anteayer, al registrarse la incidencia global: «Muchos de nosotros atendimos a varios turistas con vuelos que se demoraron, hubo dos retrasos destacables que llegaron a alcanzar unas tres horas hacia Cork y Dublín», explicaban. En la noche del viernes, señalaba el taxista Juan Carlos Arias, «un avión vino a las 00.05 horas de la noche, y estuvimos hasta la 01.00 de la madrugada, aquí, esperando». La espera «suele ser lo normal en nuestro sector, pero sí que notamos alguna que otra demora continua. Creemos que el tema no ha sido tan alarmante comparado con Barcelona u otros lugares», insistió.