Mientras que algunos embalses del país han mejorado sus reservas hídricas con las últimas lluvias (el de Foix está al 68% de su capacidad), en el Priorat, «las lluvias han pasado desapercibidas y la situación es la misma: dramática», alerta el presidente del Consell Comarcal del Priorat, Sergi Méndez. Ahora, la comarca está esperanzada ante el reciente anunciado Pla de Resposta Urgent contra la Sequera, por parte de la Generalitat, con ayudas a agricultores y aceleración de proyectos de abastecimiento. Pero el Priorat no quiere dormirse y pide celeridad. «Esperamos llegar a tiempo, porque cada año cae algún payés», expone Josep Ramon Sedó, payés de Bellmunt del Priorat y responsabe de Vinya de la UP de la DOQ Priorat.
El estado del pantano de Siurana es más que representativo de cuál es la situación en la comarca: a un 0,73% de su capacidad y, consecuentemente, los niveles de Riudecanyes (Baix Camp) son igual de alarmantes, con un 1,65%.
Del Siurana se abastecen los municipios de la mancomunidad del Topograpo (Torroja del Priorat, Poboleda, Gratallops y Porrera). «No nos consta que tengan restricciones de agua», dice el presidente del Consell Comarcal, pero alerta de que en cualquier momento puede haberlas. Y así lo confirma el alcalde de Torroja, Joan Sentís: «De restricciones, a día de hoy, ninguna, pero habrá. Ya nos han preavisado de que la situación se complica mucho».
Otra importante fuente de abastecimiento de la comarca es el embalse de Margalef, «y hace dos años que estamos sin agua», explica Ricard Masip, presidente de la Comunitat General de Regants d’Aigües del Riu Montsant. De Margalef depende la población y payesía de varios municipios: Margalef, La Bisbal de Montsant, La Palma d’Ebre, Cabacés, La Figuera y La Vilella Baixa. «Y el agua que queda es inservible, hay mucha materia orgánica», y la calidad no cumple los mínimos, explica Masip. Como solución inmediata y de urgencia, el año pasado se hizo una pequeña conexión con la red del Garrigues Sud para uso de boca en casos de emergencia. Pero «necesitamos garantizar el agua», y es aquí donde entra la importancia de la conexión de esta comunidad de regantes con la de Garrigues Sud.
El plan de sequía del Govern contempla la aceleración de dicha conexión, que aportará agua del Ebre hasta el pantano de Margalef y garantizará el suministro a toda esta zona del Priorat. Lo hará a partir del pantano de Flix, de donde se abastece la red del Garrigues Sud. Ésta pasa por el término municipal de La Palma d’Ebre y sería allí donde se tendría que hacer una derivación hasta Margalef. Una tubería de unos 1.700 metros y que pasaría por pista forestal. Según Masip, la idea es utilizar el agua indispensable para que el embalse de Margalef estuviera a la mitad de su capacidad, «que es lo necesario para una campaña de riego». «Para salvar la próxima campaña, necesitaríamos el agua en febrero», pero el compromiso del Govern es que esté listo en año y medio, «así que ahora confiamos en que llueva».
Y es que especialmente afectada es la payesía, sin prácticamente opciones de riego (siempre en función de cada zona de si disponen de pozos y minas, o no). Y, sin agua, la producción cae en picado. En el caso de la vendimia, este año ha sido un 46% inferior a la de 2023, «y el año pasado ya fue un mal año», recuerda Josep Ramon Sedó. En total, el sector acarrea tres años de poca producción, lo que puede poner en peligro la agricultura, y al final, la propia comarca, dado que ésta es la base de la economía del Priorat.
70,8 millones en ayudas a agricultores
El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, anunció en la visita del pasado 20 de septiembre en Cabacés la puesta en marcha del Pla de Resposta Urgent contra la Sequera. Esta incluye la inyección de 70,8 millones de euros en ayudas a explotaciones agrícolas afectadas por la sequía. El presidente del Consell Comarcal del Priorat, Sergi Méndez, valora estas ayudas «pero pedimos que se contemplen las especificidades de la comarca». Recuerda que el año pasado ya hubo una línea similar, «pero muchos payeses del Priorat quedaron fuera porque para acceder a ellas, la extensión tenía que ser de, al menos, 3 ha. Y en la comarca muchos payeses no llegan».