Hay cosas que con el paso del tiempo nunca cambian. Muchas generaciones han crecido con los videojuegos de la franquicia japonesa Pokémon y el éxito aún continúa.
Su creador, Satoshi Tajiri, ideó un concepto que se ha ido adaptando a la era digital y la idea de partida fue muy básica: coleccionar animales especiales. Eso mismo fue lo que hicieron más de 50 niños ayer, en el marco de una de las actividades veraniegas de la Fundació Bara.
Los pequeños pidieron poder compartir con sus amigos la aventura de capturar los también llamados «monstruos de bolsillo» y ayer lo consiguieron hacer.
Para las nuevas generaciones, Pokémon GO ha supuesto, así como tiempo atrás, una nueva y fresca entrada al mundo de los animales digitales. La actividad, contó Javier Veraguas, de la Fundació, era un reto: «Queríamos que experimentaran la aventura de cazar pokémons, pero sin pantallas, ya dedican suficientes horas a la tecnología y sabíamos que no todas las familias se lo podían permitir».
En los momentos previos a la captura de pokémons en la jornada de ayer, algunos de los niños se mostraron nerviosos, incluso hubo algún que otro cántico dedicado a Pikachu, la mascota más popular de la franquicia.
Las directrices de la actividad fueron simples: había pokémons, pokemonedas e inciensos, y pokeballs repartidas por el Parc de Sant Jordi con una puntuación específica.
Javier Veraguas (monitor): «Queríamos hacer una actividad accesible para todo el mundo, que tuvieran la oportunidad de cazar pokémons sin la necesidad de usar la tecnología»
Veraguas contó que los entrenadores pokémon trabajarían en grupos, y al que tuviera la puntuación más alta se le recompensaría con un premio: cerca de 80 figuritas, que engancharon a unos palos de madera.
Empezar escalonadamente y por equipos con nombre de colores, no privó a los participantes de ir de arriba para abajo del parque. Corretearon con una vitalidad y energía que generó sonrisas cómplices de las personas que reposaban tranquilas en el lugar.
Durante 45 minutos aproximadamente, los niños escudriñaron hasta el último rincón. Compartieron sus capturas con los compañeros y monitores y aprovecharon cada pequeña pista, que les iban dando tanto el monitor como las personas que se encontraban en el parque.
Esta misma búsqueda dio lugar a hallazgos inesperados, como la de un objeto escondido por la misma Fundació Bara el año pasado, ambientado en la famosa saga Indiana Jones.
Con todos los pokémon y aparatos inspirados en el videojuego de móvil encontrados, se hizo un rápido recuento con un giro final: y es que había, escondida en tres partes separadas del Parc de Sant Jordi, la palabra ‘Pokémon’, que hizo ganador al equipo que lograra unir las tres sílabas.
Finalmente, la victoria recayó sobre el equipo naranja. El premio fue ser los primeros en entrar y los últimos en salir en la piscina, otra de las actividades de la Fundació.
