Los supuestos demócratas con alma de dictador no resisten a un opositor que pueda ganarles en las urnas. Tal es el caso de Erdogan, que lleva 22 años al frente de Turquía y ha detenido a Ekren Imamoglu, alcalde de Estambul y líder del Partido Republicano del Pueblo, cuando iba a ser nombrado candidato a la Presidencia.
Turquía tiene 85 millones de habitantes y Estambul, (la antigua Constantinopla) con 15 millones, tiene un peso muy grande. El mismo Erdogan, que fue alcalde de esta ciudad, había dicho: «Quien gana en Estambul, gana en Turquía». Ahora quizá no lo diría.
El caso Imamoglu, recuerda el de Nalvalni detenido por Putin. Más de mil manifestantes han sido arrestados por protestar en las calles. Confiemos en que el turco no acabará como el ruso.
