Bataclán

Hay palabras que no puedes pensar, leer, escribir, sin estremecerte. El día 13 de noviembre del 2015, el Bataclán paso a formar parte de esa lista de palabras-tabú, palabras-muerte, palabras con poder. La noche del 13 de noviembre del 2015, París se tansformó en un infierno. El Bataclán es una sala de espectáculos, situada en el bulevar Voltaire cerca de Bastille, en el XI Distrito. Diseñada en 1864 por el arquitecto Charles Duval, durante años se dedicó a la representación de vodeviles, revistas y conciertos. Desde principios de los años setenta del siglo XX, se convirtió en un escenario legendario para la música rock.​El 11 de marzo de 1991 recibió la catalogación de monumento histórico de Francia. El 13 de noviembre de 2015, 90 personas fueron asesinadas en este teatro en un atentado terrorista reivindicado por el Estado Islámico, que se produjo de manera coordinada en diversos puntos de París. El concierto era de los Eagles of Death Metal y la sala estaba llena a rebosar. Los islamistas también asesinaron en las terrazas de los restaurantes como en el Petit Cambodge o El Carillon. Guardo una foto –que no debería tener– en mi aplicación del teléfono. No se llegó a publicar. Son los cuerpos y la sangre en la platea del Bataclán. Me fuerzo a mirarla para no olvidar. Porque han pasado nueve años y la memoria tiende a la pereza. Cada 13 de noviembre es un puñetazo a mi indiferencia.