Tarragona comienza a oler a fiesta, ya que este viernes 11 de agosto comenzarán las fiestas de Sant Magí, que se alargarán hasta el 19 de agosto, día del patrón. Como ya es tradición, el acto central de esta fiesta será la llegada del agua milagrosa de la Brufaganya a la ciudad el 18 por la tarde.
Esta tradición, que une las comarcas del Alt Camp, Conca de Barberà y Tarragonès mientras el agua baja de su fuente a la capital, se remonta hace muchos años, sin poder datar con exactitud su origen. Sin embargo, la llegada a la Tarragona con los carros y caballos se impulsó desde la Confraria de Sant Magí en el año 1992, con la intención de recuperar el espíritu ancestral de esta fiesta tan arraigada.
Este año, los caballos entrarán por decimotercera vez en la ciudad, y por ello, desde la Associació de Portants se ha decidido dar una nueva imagen al penó y las portadores, en una apuesta por conservar la tradición y ofrecer una imagen renovada a dos símbolos que no habían cambiado desde el año de las olimpiadas en Barcelona.
El penó ha modernizado su estilo y colores a cargo de Josep María Cases como reivindicación de «un símbolo que une a la gente en torno a la tradición». Las portadores han sido encargadas al diseñador tarraconense Edu Polo.
Una luz dorada
Edu Polo explicó, durante la presentación de los nuevos elementos, que el diseño elegido para el encargo de los portants busca ser «continuista pero renovado». Por este motivo, su apariencia es básica e industrial, como podemos imaginar que eran las originales, «al final es un elemento que buscaba transportar el agua, no ser una obra de arte», apunta el artista.
La gran diferencia la marca la línea dorada que atraviesa el diseño robusto y plateado. Para Polo «este detalle aporta un valor sacro a un elemento funcional», emulando así como las portadores, «han pasado de ser una herramienta a un elemento patrimonial»
El diseño guarda dos secretos más, según ha desvelado el diseñador, que están pensados para ser perceptibles solo durante el momento ceremonial. La franja dorada «brillará con la luz vespertina de agosto cuando los carros lleguen a la plaza», afirma Polo. La intención del diseñador ha sido «crear una performance que solo se podrá ver durante la llegada de los carros».
Con la misma voluntad, la parte trasera de estas portadores oculta un diseño que emula la planta de la albahaca. Realizado con tonos plateados, este es «imperceptible desde lejos, pero regala una bonita imagen a quien lo quiera ver de cerca».
El proceso creativo ha estado retratado en una exposición fotográfica que alojó la ermita de Sant Magí durante la presentación para todos los curiosos que quisieron conocer más sobre este.
Tradición arraigada a la ciudad
Durante el acto, el presidente de la Confraria de Sant Magí, Joaquim Gabrià, destacó que «Tarragona siempre ha tenido problemas de abastecimiento de agua», una cuestión que explica «la creación del Pont del Diable por los romanos o el nacimiento de esta sacra tradición», que parece cobrar sentido en la actual situación de sequía.
Montse adán, alcaldesa en funciones, destacó «la insignia para la ciudad que supone esta celebración». Adan celebra que «se conserve este elemento identitario», alegando que «los más pequeños se impregnan de este rito, y los portants tienen el relevo generacional garantizado».
Durante el acto de ayer también se presentó el càntir de este año, el cual se podrá adquirir, con previo donativo, en el Portal del Carro durante la tarde del 18 de agosto. El espacio, ya adecuado, estará abierto durante ese día para los que quieran esperar la llegada de los carros.