Todavía hoy quien quiera y sin excepción puede hacer una inmersión al pasado para descubrirlo y vivirlo en Els Pallaresos. Podrá compartir el pálpito de la cuarta edición de las Jornades de Divulgació Històrica Modernista.
Transitar por las principales calles y plazas del casco antiguo del municipio es verse transportado a la sociedad y la cultura de principios del siglo XX, impregnada de la corriente modernista que se propuso conectar el arte literario, la pintura, escultura, arquitectura y la música con la naturaleza. Y esto es precisamente lo que, llegado noviembre, evoca Els Pallaresos, desde hace cuatro años.
El municipio cuenta con el legado y memoria de uno de los más preclaros arquitectos modernistas, Josep Maria Jujol i Gibert, del que se cumple el 75 aniversario de su muerte.
Hoy se prevé un importante flujo de visitantes para disfrutar del sinfín de actos que tendrán lugar durante toda la jornada, que empieza a las nueve de la mañana con la Milla Modernista, para rememorar los Juegos Olímpicos de París de 1900.
De nuevo, a las 10.30 h. saldrá el vistoso pasacalle modernista en el que participan cerca de 200 recreadores, del mismo pueblo y también de «Tarragona, Reus, Igualada, Terrassa, Badalona y Barcelona», indica Elies Torres, director de las Jornadas.
Al discurrir del séquito, que se repetirá por la tarde, uno tiene ocasión de ver y comprar en los mercados modernistas, con una amplia oferta de productos de consumo: quesos, embutidos y panes artesanales, setas, hierbas naturales... y el de anticuarios, con objetos históricos de la época, algunos de ellos sorprendentes, todo amenizado por la música, intercalando visitas guiadas, o pararse por un rato para escuchar cómo suena la pianola y conocer su funcionamiento, hasta bailar una sardana.
Lavar los trapos sucios
Curioso y chocante resulta presenciar en los lavaderos de Casa Bofarull, el edificio más emblemático de Els Pallaresos, donde más explícitamente se manifiesta la mano del insigne Josep Maria Jujol, el chafardeo y críticas despiadadas de las lavanderas, empecinadas en sacar «los trapos sucios del pueblo» a la hora de hacer la colada. En definitiva, aquello que aquí conocemos como fer safareig.
Aprovechando la ocasión, por primera vez, tras recientes obras de acondicionamiento, se puede admirar la bodega de Casa Bofarull, incluida en la visita guiada, que además abarca el Centre Jujol y la iglesia de Sant Salvador, donde también está presente la obra del arquitecto modernista.
A todo ello, hay que añadir los talleres de cocina tradicional de 1900, de caricaturas, de esgrima, escritura, repostería; teatro, desfile de modelos, todo relacionado con la cultura, las tradiciones y forma de vida de la época.
Primera comunión
Hoy será la segunda comunión, porque se repite la primera escenificada ayer. Será a las 11.30 en la iglesia parroquial donde el público está invitado a asistir al sacramento de la primera comunión. Marc Segú y Yulia Romero encarnan a los que fueron en la vida real de aquel 1900 el niño Josep y la niña Eugenia, los comulgantes. Cura, monaguillos, padres, padrinos y familiares protagonizan la ceremonia, de unos treinta minutos, vestidos adecuadamente. Celebran la eucaristía, según la liturgia de la época, con textos y cantos que combinan el latín –se interpretan algunas piezas de la gregoriana Missa de Angelis, de recuerdo entre los más mayores–y el catalán, con el Virolai como canto final.
La recreación es seguida con el mismo fervor como si de un oficio religioso real se tratara, lo que confiere una autenticidad relevante a lo que es simple ficción.
A la salida de la iglesia, los comulgantes y familiares se sitúan a la escalinata del templo para inmortalizar el acto con una emotiva foto de familia y posterior lanzamiento de caramelos y golosinas, que son recogidas con vivacidad por pequeños y mayores.
El director de las Jornades, Elies Torres, pone de relieve la positiva labor divulgativa de la época modernista que se está haciendo en Els Pallaresos, la cual está dando los primeros frutos «con pasos significativos para crear una sólida red modernista en el Camp de Tarragona y hacerla extensiva a todo el país».