La magia de un momento único: las historias de los héroes de verdad

Me habían avisado. «Ni te lo imaginas» me decía la editora de esta casa, «es muy emocionante». Bueno, pensé, será una gala más. No era la única que pensaba así. Al llegar algún alcalde y/o alcaldesa te saludan con un gesto de «vamos, que no dure mucho que tengo lío». Eso es, todos tenemos lío. Vamos a lo nuestro. Rápido. El tiempo que se nos escapa. Y de repente... la magia opera y la gala se te hace corta y piensas que la editora de esta casa tiene razón. Aplaudes tanto, que te duelen las manos, gritas bravos como en la ópera, jaleas a los premiados como si fuesen tu equipo de fútbol, lloras disimulando para que tu vecino no se de cuenta (es un alcalde), pero él/ella también está llorando porque el pequeño Noel se ha puesto su mejor traje y lleva su mejor sonrisa ajeno a la tragedia que lo ha devuelto a Tarragona. Su inocencia desnuda nuestro viejo cinismo. El homenaje al gesto de su padre, Kevin, que dio su vida para salvar a un desconocido. Y el pequeño Noel subiendo las escaleras del escenario del Teatre Auditori de Salou, lleno a rebosar, más chulo que un ocho, te da un golpe en el alma. A partir de ahí, no hay tiempo, ni relojes, ni líos, ni prisas. Cada premiado es una Gran Historia que merece un espacio, que merece que se conozca. Esas personas que recogen el diploma son héroes y heroínas de los de verdad, de los que no están aquí por la foto, de los que no están aquí por los likes, de los que están donde están porque tienen un corazón de oro. Al final de la gala veo como el alcalde y las alcaldesas de Tarragona, Reus y Valls se marcan una coreografía al son del ‘Viva la vida’ de Coldplay que interpreta el saxofonista Pep Poblet. Y pienso que hay una metáfora en todo esto, que quizás la vida necesita de pausas como esta, de momentos de magia para que alguien como Noel, o como Anna, o como Lluís, o como Carmen o como todos los demás homenajeados sigan permitiéndonos celebrar con una enorme gratitud, lo hermoso y frágil que es estar vivo para contarlo.