El corazón de la bici Ganxeta de Reus

En el taller de la calle Joan Martell se sigue a tiempo real todo el servicio y se hacen las reparaciones. Ajustes en pedales y frenos, lo más frecuente

06 julio 2024 19:53 | Actualizado a 06 julio 2024 20:08
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La bicicleta pública compartida, la Ganxeta, lleva circulando por Reus desde finales de enero, acumula más de 5.000 usuarios y su sistema es sencillo: descargarse la aplicación móvil, desanclar la bici y pedalear. Pero para que eso se desarrolle sin incidencias, un equipo de profesionales trabaja en el corazón del servicio, el taller.

El 17 de la calle Joan Martell alberga el espacio donde se ponen a punto las bicis y, desde allí mismo, el personal controla a tiempo real que la Ganxeta funcione como un reloj. Todo lo que pasa en las estaciones, en las que se aparcan 250 bicicletas, se refleja en sus pantallas.

Hasta el momento, la mayoría de reparaciones se centran en «cuestiones derivadas de un uso normal: un pedal, un freno, la cesta», apunta Leo Blázquez, responsable tecnológico de Reus Mobilitat i Serveis. Los usuarios, a través de la app, reportan incidencias. Y, además, «cuando vamos a las estaciones a hacer seguimiento o limpieza, si vemos que alguna no está bien, nos la llevamos para mirarla», precisa. Cada bici está identificada con un código.

El nivel de detalle del mantenimiento alcanza hasta la pintura, de idéntico color al de los autobuses municipales. Las particularidades de las bicis también ayudan. Por ejemplo, «las ruedas son macizas» y eso comporta que «no tendremos nunca pinchazos». Las revisiones exigen un tiempo breve y el taller opera de siete de la mañana a nueve de la noche.

Trayectos de 9 minutos y medio

¿Y el vandalismo? «Ha habido muy poco», afirma Blázquez, que incide en que «estamos contentos» porque «la gente siente el servicio como suyo y procura que esté bien para poder continuar usándolo». El sistema funciona las 24 horas y la duración media del viaje es de nueve minutos y medio.

Desde el mismo taller también se realiza la redistribución de las bicis, que se mueven y reparten subidas en remolques. «Con información del estado de cada estación, tratamos de avanzarnos para dejar bicicletas donde la gente las solicita; lo ideal es que siempre tengas una para coger y un sitio para dejarla», especifica Blázquez.

Las estaciones que registran más usos hasta el momento, «plaza de las Oques, Jardins de Reus, Renfe, calle Astorga y también los Ravals», señala. La idea es que la Ganxeta, más allá de «normalizar el uso de la bici en la ciudad», también «haga aflorar la bicicleta privada como medio para ir a trabajar, a estudiar o a donde sea».

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