Según han avisado Laura Borràs y Jordi Turull, Junts se plantea si seguir o dejar el Govern de la Generalitat y podría someter la decisión a la militancia. La falta de confianza con ERC llevaría a este escenario.
La principal acusación contra los republicanos es no avanzar en la confrontación con el Estado y contentarse con practicar una política autonomista, para entendernos, al estilo de Convergència, partido que Junts conoce bien.
Sin embargo, entre los cargos del partido hay quienes no están de acuerdo, no solo mirando a su bolsillo (un conseller cobra unos 117.000 euros al año, que es bastante más que un ministro o que el propio Pedro Sánchez), sino pensando en lo mejor para Catalunya.
Así que primero deberá dirimirse la discrepancia interna.